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Alcalá restringe el tráfico para mejorar la calidad de vida en su casco histórico

El proyecto costará 166 millones y sólo permitirá el tráfico a residentes, urgencias y servicios

El alcalde de Alcalá, Manuel Peinado, resume así las ventajas del proyecto: 'Ganar zonas de paseo para todos, mejorar la calidad de vida de los 6.456 vecinos de la zona, atraer más y preservar de la contaminación sus 465 edificios catalogados'. Ciudades como Santiago de Compostela o León son el modelo. El ejecutivo complutense tiene ya el proyecto, con 166 millones de pesetas de presupuesto, y quiere que las obras comiencen en enero. Contempla dedicar exclusivamente a los peatones 11 de las 89 calles del casco, más las cuatro plazas principales, y dejar circular sólo a los residentes en 41. Habrá también puntos neurálgicos que se cerrarán al tráfico los sábados y festivos: el 70% de las calles tendrán algún tipo de restricción para los coches.

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El casco histórico de Alcalá, que creció en las épocas medieval, renacentista y barroca, tiene 82 hectáreas y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998. 'No está pensado para soportar los coches, éstos fueron un añadido del siglo XX', asegura el alcalde. 'Además, la arcilla, la caliza, el ladrillo y la piedra de muchos edificios protegidos sufren con la contaminación de los tubos de escape', explica. 'Si mejoramos la calidad de vida en el centro, más personas querrán vivir en él, pararemos el desarrollo centrífugo de la ciudad y el casco será sólo un bello decorado'.

El proyecto para quitar a los coches se aprobó en comisión de gobierno a últimos de julio y el dinero para financiarlo saldrá de la reorganización de dos partidas del Plan Regional de Inversiones (Prisma) dedicadas a la ciudad antigua, según Peinado. De los 166 millones de presupuesto, las partidas mayores están destinadas a la instalación de los bolardos (81 millones) y a la creación del centro de control de éstos (52 millones). El Gobierno regional ha de dar el a la distribución del dinero y a los pormenores del proyecto.

Cuatro categorías El plan asigna cuatro categorías diferentes a las 89 calles y plazas del casco: de uso exclusivo para peatones, que serán 11 calles y cuatro plazas; 41 restringidas, por las que podrán circular los residentes y otros vehículos autorizados; seis mixtas, que se cerrarán al tráfico los fines de semana y festivos, y 27 libres, en las que se podrá circular con normalidad.

La idea de echar a los coches de la ciudad antigua complutense figura en los programas electorales de los partidos de izquierdas desde hace tres lustros. El primer paso, bajo un gobierno socialista, fue cerrar la calle Mayor a principios de los noventa. Sólo se permite la carga y descarga, pero hay tantas tiendas y bares, que los alcalaínos la bautizaron pronto como 'la calle peatonal con más tráfico de Europa'.

En 1998, cuando gobernaba el PP y Alcalá peleaba por ser declarada Patrimonio de la Humanidad, se dio un segundo paso. Fue a propuesta de Javier Ocaña, único integrante entonces del Grupo Mixto y militante del extinto Partido Democrático de la Nueva Izquierda (PDNI). Su sugerencia, aprobada por unanimidad, fue la de cerrar al tráfico los sábados y festivos la plaza de Cervantes, que alberga al Ayuntamiento. Y así se hace desde el 7 de junio de 1998. Las calzadas son tomadas por niños que patinan o montan en bici, y adultos que pasean, y, a veces, por actuaciones teatrales u otras actividades lúdicas. Ocaña está hoy en el PSOE y forma parte del Ejecutivo local como edil de Urbanismo, así que tendrá un papel importante en el plan actual.

La idea es que las calles de uso mixto y libre se reduzcan poco a poco, en un futuro próximo, conforme entren en funcionamiento los aparcamientos subterráneos planificados en el perímetro exterior del casco. Los aparcamientos subterráneos son siete y suman 2.661 de las 12.145 plazas del plan de aparcamientos para todo Alcalá que se aprobó -sin calendario ni presupuesto, ya que se pretende que lo acometan empresas privadas- en julio. El proyecto de aparcamiento combina las calles para residentes con las rotativas -con pago por fracciones de tiempo- para los visitantes. Dadas sus características especiales, algunos contarán con abonos para 6 y12 horas.

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