El Gobierno se moviliza ante la gravedad del 'caso Gescartera'

El caso Gescartera ha abierto una profunda crisis en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), cuyo signo más evidente fue la reunión de urgencia que mantuvieron ayer en Madrid el consejo y los directores generales de este organismo supervisor. Convocada de forma urgente y totalmente inusual, un sábado en pleno agosto, la reunión de ayer se produce tras una semana que ha visto romperse los últimos diques que contenían el escándalo y que han salpicado directamente a la CNMV: los técnicos de la institución dieron por buenos en 1999 papeles falsos de Gescartera que taparon un agujero de 4.000 millones de pesetas; la presidenta, Pilar Valiente, almorzó dos veces con Antonio Camacho, dueño de la sociedad y principal acusado, 'a petición' del entonces secretario de Estado de Hacienda, Enrique Giménez-Reyna; y Luis Ramallo, vicepresidente hasta octubre del año pasado, aceptó regalos millonarios de Camacho.

La iniciativa responde a un giro del Gobierno, que ha decidido movilizarse

La iniciativa responde también a un giro en el seno del Gobierno, que ha decidido movilizarse vista la gravedad de la crisis. Tanto el vicepresidente y ministro de Economía, Rodrigo Rato, como el de Hacienda, Cristóbal Montoro, habían guardado silencio hasta ahora, a pesar de que eran los dos departamentos más afectados por el escándalo. La CNMV depende jerárquicamente de Economía y Giménez-Reyna era el número dos de Montoro hasta su dimisión.

Pero tras la gravedad de los hechos conocidos esta semana, varios miembros del Gobierno conversaron telefónicamente desde sus respectivos lugares de veraneo y decidieron tomar las riendas. Rato compareció el viernes en una entrevista por televisión para hablar del caso Gescartera y afirmar que el Gobierno estaba dispuesto a aceptar una comisión de investigación. Montoro hizo lo propio ayer.

En ese cambio de estrategia se enmarca la reunión en la CNMV.La reunión fue convocada por el vicepresidente, Juan Jesús Roldán, según las fuentes consultadas, quien no ocultó su malestar por el fuego graneado que ha soportado la institución a lo largo de la semana. Pilar Valiente también acudió. Un portavoz de la CNMV rehusó ayer proporcionar más datos sobre el encuentro, sobre los participantes o los temas tratados, y se limitó a confirmar que se había celebrado 'una reunión de trabajo'.

Algunos de los directores generales de la institución suspendieron sus vacaciones y volvieron apresuradamente a Madrid, para lo que la agencia de viajes que organiza los traslados de la CNMV trabajó contrarreloj y poder así proporcionar los billetes de avión necesarios.

Estaban convocados todos los directores generales, entre ellos Antonio Botella, de Supervisión, ascendido en noviembre pasado por Pilar Valiente. Botella asumió la dirección del equipo que inspeccionó Gescartera en 1999, y que dio por buenos documentos bancarios falsos de La Caixa que ocultaban un agujero, ya por entonces, de 4.000 millones de pesetas.

El hecho de que el convocante de la reunión fuese el vicepresidente de la CNMV, Juan Jesús Roldán, que ha sido asesor en temas económicos del presidente del Gobierno, José María Aznar, supone un elemento más de presión sobre Valiente. De hecho, tanto el Partido Popular como el Gobierno habían defendido su actuación frente a los ataques de la oposición, que ha pedido su dimisión. Sin embargo, el viernes, el vicepresidente del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, quien oficialmente la propuso para el cargo, le hizo un elogio envenenado. Rato dijo que Valiente había ofrecido 'información veraz' en su comparerencia ante el Parlamento sobre el caso Gescartera. Pero añadió a continuación que 'la podría haber dado con más consistencia'.