49 manifestantes contra el G-8 continúan en prisión en Génova

Meloni consideró ayer que la policía intervino con retraso en numerosos casos cuando fue requerida por los ciudadanos y las autoridades políticas locales durante los incidentes registrados en Génova con motivo de la cumbre del G-8. La ciudad italiana se convirtió durante esa reunión de líderes mundiales, entre el 20 y el 22 de julio pasados, en escenario de graves incidentes entre los agentes de seguridad y centenares de activistas violentos que, junto a miles de personas pacíficas, querían expresar su rechazo hacia la globalización.

El fiscal presentó ayer a la prensa un informe que aún no es definitivo acerca de la investigación sobre esos sucesos, acto en el que aseguró que los manifestantes detenidos fueron 301, de los que 49 permanecen aún retenidos. A la fiscalía genovesa ha llegado 'material bastante interesante' sobre los incidentes callejeros, que es analizado para establecer responsabilidades en las jornadas de enfrentamientos, que se saldaron con un muerto, decenas de heridos y cuantiosos daños materiales. El informe del fiscal alude a los ocho procesos abiertos en relación con sucesos concretos ocurridos en Génova, desde la muerte del joven manifestante Carlo Giuliani por disparos de un agente de los Carabinieri a las amenazas de bomba o el vandalismo de una parte de los antiglobalización. A este respecto, el fiscal Meloni aseguró que hasta el momento se ha podido comprobar que las fuerzas desplegadas en Génova (unos 20.000 efectivos entre policía, carabineros y militares) intervinieron en varias oportunidades con retraso o no lo hicieron cuando fueron reclamados por vecinos o por autoridades políticas de la ciudad.

El fiscal confirmó que por la muerte de Giuliani sólo hay un imputado, el agente que disparó al verse acosado, ya que la autopsia ha demostrado que los proyectiles le causaron la muerte y no tuvo influencia el hecho de que fuera atropellado a continuación por el vehículo de los carabineros, cuyo conductor ha quedado libre sin cargos.

Por el momento, sin embargo, no hay imputados entre los agentes que participaron en el registro de una escuela de Génova, donde pernoctaban muchos manifestantes, y que ha sido uno de los elementos más polémicos debido a la fuerte violencia empleada por la policía.

A la espera de que la fiscalía avance en su investigación y formalice acusaciones, los incidentes de Génova han costado ya el puesto a tres altos mandos de la seguridad: el subdirector general de la policía, Ansoino Andreassi; el jefe de las fuerzas antiterroristas, Arnaldo La Barbera, y el prefecto de Génova, Francesco Colucci, destituidos por el Ministerio del Interior. El titular, Claudio Scajola, ha querido así responder al fuerte impacto que los sucesos de Génova han tenido en Italia, hasta el punto de que el propio ministro ha sido sometido a una cuestión de confianza en el Parlamento, que superó.