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16 inmigrantes rumanos llegan a Londres desde París ocultos bajo el tren Eurostar

Los pasajeros oyeron golpes en el vagón al llegar a la capital británica

El grupo de inmigrantes fue localizado ayer por la mañana cuando el Eurostar llegaba a la estación londinense de Waterloo. Varios viajeros escucharon golpes bajo el suelo de su vagón y lo notificaron a los responsables del tren. Poco despúes, la policía descubría a los polizones, un total de 16 personas, entre ellos nueve niños de entre tres y quince años. Los menores viajaban con dos hombres y cinco mujeres, todos ellos presuntamente de origen rumano, que fueron detenidos al tiempo que pedían asilo político.

No es la primera vez que el Eurostar, con velocidades de hasta 300 kilómetros por hora en ciertos puntos de su recorrido en suelo francés, sirve de medio para los inmigrantes clandestinos que quieren empezar una nueva vida en el Reino Unido. El pasado marzo, nueve rumanos, incluidas dos mujeres embarazadas, recurrieron al mismo arriesgado medio para atravesar el brazo de mar que separa Francia del Reino Unido. Y lo hacen en un compartimento de 90 centímetros de alto por 180 de largo, donde se localiza el sistema de refrigeración y los cables eléctricos.

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En marzo pasado, Eurostar revisó sus medidas de seguridad tras reconocer que su servicio había sido utilizado por inmigrantes indocumentados en cuatro ocasiones desde 1997. Se estima que la compañía ha invertido unos 540 millones de pesetas en la protección de sus trenes contra los polizones, pero los resultados son pobres a la vista de los acontecimientos de ayer. 'Obviamente deberemos revisar la situación de nuevo. Éste es un problema y un reto al que nos enfrentamos los operadores que cruzamos el Canal', justificó un portavoz de la compañía.

Pero las medidas están en cierta forma condenadas al fracaso. Cuanto más se intensifica el control de las fronteras occidentales europeas, desde el Este de Europa o desde Asia o África se intensifican más las tentativas para introducirse en los países ricos. Al Reino Unido llegan habitualmente por barco, escondidos en sus bodegas o camuflados entre la carga de los camiones. Proceden en su mayoría de Afganistán, Sri Lanka, Irak, Irán, Somalia y, en los últimos años, también de Rumania.

Llegar con vida les puede garantizar, al menos, la estancia temporal en el Reino Unido. El Gobierno de Tony Blair ha emprendido una reforma de los trámites de inmigración, pero la respuesta a las solicitudes de asilo se demora todavía una media de 12 meses. Como primera medida, inmigrantes como los 16 rumanos que abordaron ayer el Eurostar son recluidos en centros de detención donde reciben atención médica y se estudia su situación. Los más afortunados son trasladados a viviendas sociales bajo un estricto programa de dispersión geográfica. Una medida controvertida que intenta atajar la saturación de las ciudades como Dover, el principal puerto del Canal de la Mancha, y Londres.

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'Deben de estar desesperados. Debemos pensar que sus vidas corren peligro en sus países. Es la única forma de explicar los riesgos tan extremos a que se someten', señala una portavoz del Consejo de Refugiados, con sede en Londres. Porque si el trayecto bajo el suelo del Eurostar o dentro del contenedor de un camión, sin luz y pobre ventilación, produce un sentimiento de nausea, se han dado odiseas aún más estremecedoras. En febrero del año pasado, dos iraquíes saltaron desde un puente sobre un Eurostar en marcha. Debían salvar una distancia de 18 metros y tan sólo uno llegó con vida.

Los inmigrantes se concentran en los alredores de Calais (Francia) en un centro de acogida, a la espera de su gran oportunidad. Cada atardecer vigilan los camiones que entran en los muelles al acecho de un descuido de las autoridades o de los conductores.

Pero pocos camioneros relajan ya la guardia desde la imposición de una multa de 550.000 pesetas por polizón descubierto.

Polizones en el Eurostar.
Polizones en el Eurostar.EL PAÍS

Tragedia en Dover

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