Intangibilidad democrática

El inmenso esfuerzo que el país se dispone a desplegar para demostrar que es posible alcanzar el pleno equilibrio fiscal de nada serviría si no fuera acompañado de la firme determinación de demostrar que la Argentina es un país confiable en todos los ámbitos de su vida institucional.

Debemos exhibir ante el mundo, hoy y siempre, el perfil de una sociedad que respeta a rajatabla las reglas de juego que están en la base de su organización constitucional. (...) La supuesta iniciativa de postergar los comicios nacionales previstos para octubre (...) con el fin de evitar que la presión que generan las contiendas electorales pueda afectar el nivel deseable de estabilidad política, no puede ser tomada en serio por ningún sector comprometido con el sostenimiento responsable del sistema democrático. Si se violara de manera tan burda el calendario institucional que marca la Constitución, se asestaría un golpe mortal a la credibilidad del país. (...)

La sociedad argentina sufrió mucho en el pasado por haber avasallado los principios constitucionales. Las horas dolorosas de frustración y desencuentro que se vivieron en el país cuando las instituciones democráticas fueron derribadas están en la memoria de muchos argentinos. (...)

Sólo en la medida en que las reglas de juego institucionales sean respetadas y cumplidas sin excepción alguna, el país exhibirá ante el mundo los niveles de credibilidad y seguridad jurídica que lo mostrarán como una República previsible y como una plaza atractiva para potenciales inversores. (...)

Buenos Aires