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Reportaje:

Celiacos, esos desconocidos

Escasez de alimentos, precio elevado y falta de legislación son algunos de sus problemas

La celiaca es una enfermedad inmunológica de base genética que se caracteriza por una intolerancia al gluten, una proteína presente en el trigo, el centeno, la cebada y el triticale (un híbrido del trigo y el centeno), así como en todos los alimentos elaborados con estos cereales. Esta patología, que afecta a uno de cada 250 a 300 nacidos en los países desarrollados, provoca una atrofia de la mucosa del intestino delgado, que ocasiona una mala absorción de todos los nutrientes. Aunque a corto plazo puede carecer de síntomas, a la larga deriva en graves patologías, como raquitismo, osteoporosis, esterilidad e incluso cáncer.

Si se evita comer gluten, la enfermedad no supone ningún riesgo grave para la salud. Pero ahí reside el problema, pues un 70% de los productos que se venden en los supermercados contiene gluten, aunque a veces su etiquetado lo ignore. La ingestión de una mínima cantidad de esta proteína paraliza el proceso de recuperación del celiaco, que una vez diagnosticado lo es ya para toda la vida.

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Los celiacos tienen dos problemas fundamentales, según Manuela Márquez, presidenta de la Asociación de Celiacos de Madrid. 'El primero', dice, 'es el alto precio que tenemos que pagar por los productos que consumimos, además de la confusión que existe todavía sobre su composición y etiquetado. Un kilo de pan cuesta 1.500 pesetas, cuando el normal no llega a 200, y el de macarrones, 1.200, en vez de 150. El segundo es la falta de legislación al respecto'. Los celiacos europeos sí reciben ayudas de sus respectivos sistemas de salud para adquirir los alimentos que consumen. Los holandeses, por ejemplo, desgravan y en Francia se les reembolsa parte del gasto. En otros países, como Italia y Reino Unido, estos productos se venden en farmacias y con garantías. En España, la falta de una legislación específica y de subvenciones le supone al celiaco, además de una gran inseguridad a la hora de alimentarse, un gasto extra anual de unas 150.000 pesetas.

Se puede ser celiaco a cualquier edad. Para Antonio García Plaza, jefe de Aparato Digestivo del hospital Ramón y Cajal de Madrid, los síntomas más comunes en la infancia son pérdida de apetito y de peso, retraso en el crecimiento, dolor abdominal, diarrea crónica y trastornos de conducta, como irritabilidad. 'Aunque puede aparecer a cualquier edad', dice, 'lo más frecuente es que debute en los cinco primeros años de vida y entre los 30 y 40, y puede asociarse a otros trastornos crónicos, como diabetes, epilepsia o dermatitis herpetiforme'. La depresión y el cansancio pueden también enmascarar una celiaca en adultos.

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