La UE reduce sus exigencias para evitar el fracaso de la cumbre de Bonn sobre el clima
Las normas de cumplimiento sobre la reducción de emisiones impedían esta madrugada el pacto
A primeras horas de esta madrugada, Jan Pronk convocó al grupo de países negociadores seleccionados (35 naciones) y les comunicó que se podría llegar a un acuerdo en casi todos los puntos excepto en las normas de cumplimiento del Protocolo de Kioto, que serían inaceptables para algunos países que no quiso citar. Pronz propuso continuar los negociaciones sobre este asunto específico y señaló que existía una voluntad política general de alcanzar un acuerdo.
La propuesta de acuerdo lleva una tabla de porcentajes diferenciados que cada país podría adjudicarse a cuenta de los sumideros de carbono (bosques y vegetacion) a la hora de hacer el recuento de sus emisiones y dar cuenta del efecto de las acciones emprendidas para reducirlas. Los diferentes cálculos realizados sobre esa tabla apuntan que, globalmente, los países desarrollados reducirían sus emisiones en un porcentaje inferior al 2%, en lugar del 5,2% en el plazo 2008-2012 respecto a los niveles de 1990 que especifica el Protocolo de Kioto.
Pese a que este punto es una clara concesión a sus exigencias, algunos países del grupo paraguas no estaban ayer satisfechos, aunque se quejaban especialmente de otros puntos. Tampoco el grupo de los países en vías de desarrollo, el G77+China, estaría dispuesto a aceptar inmediatamente la propuesta de acuerdo. Por otra parte, tres países del paraguas (Nueva Zelanda, Noruega e Islandia) se desmarcaron del grupo y manifestaron su disposición al acuerdo.
El documento de negociación elaborado por el presidente de la conferencia, Jan Pronk, (como una vía de consenso que hace a todos concesiones y exige a todos renuncias) aborda las cuatro grandes cuestiones clave de la negociación. En líneas generales plantea lo siguiente:
Cumplimiento. La propuesta de Pronk dice que si un país no cumple sus reducciones de emisiones en 2008-2012, deberá hacerlo en el siguiente periodo de cumplimiento, y además con una sanción de aproximadamente el 30% sobre la cantidad incumplida. Aunque Pronz no lo concretó esta madrugada, todo apunta a que éste podría ser el punto inaceptable por algunos países, probablemente del grupo paraguas , que quieren evitar cualquier obligatoriedad legal de cumplimiento.
Financiación. Se establecerían fondos de ayuda a los países en desarrollo. El G77+China lo cree insuficiente y se queja de que no se especifica una cantidad de dinero. La UE ha elaborado una declaración política que acompanaría al acuerdo, si se lograse, por la cual cubriría su parte de los mil millones de dólares anuales a alcanzar hacia 2005, como se propuso en La Haya. La UE no se haría cargo de la parte de EEUU que no participaría en esta financiación al no estar en el protocolo. Los países del grupo paraguas no quieren compromisos.
Mecanismos. Según el Protocolo de Kioto, los países obligados a reducir sus emisiones pueden utilizar los llamados mecanismos de flexibilidad (compraventa de emisiones y programas tecnológicos y agrícolas que reduzcan la contaminación en los propios países desarrollados o en los en vías de desarrollo). El documento Pronk no pone límites pero sí exige control y transparencia en la contabilización de emisiones de cada país para poder usar los mecanismos. Además, especifica que no deben incluirse las centrales nucleares como proyectos tecnológicos entre países en este capítulo, algo que defienden Australia, Japon, Canadá y Rusia.
Sumideros. La propuesta de acuerdo incluye una tabla de los países desarrollados en la que a cada uno se adjudica un porcentaje de las emisiones que puede restarse en su inventario general por diversas practices forestales y agrícolas. Esta diferenciación era una exigencia del grupo paraguas. Según esta tabla, por ejemplo, Canadá podría descontarse hasta un 11,2% de sus emisiones, Australia, un 2,5%, y Japón, un 4,9%. Dentro de la UE, España, se restaría un 1,8%; Alemania un 1,4%, y el Reino unido un 1,6%. En total, el efecto de esta tabla sería que la reducción de Kioto en 2008-2012 (5,2%) caería en un 3,8%, según algunos cálculos, y entre un 3,3% y un 4%, según otros. Y esto dejando fuera a EE UU, que concentra casi el 40% de las emisiones de los países obligados a reducir, según el Protocolo.
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