Premios de la Bienal de Arquitectura a edificios que respetan el entorno
Rafael Moneo recibe el galardón principal por el Kursaal de San Sebastián
Si existe un rasgo distintivo de la nueva generación de arquitectos españoles es la atención que prestan a la ciudad y al lugar de sus creaciones. Un interés que no sólo afecta al entorno físico de las construcciones, sino también al 'lugar antropológico', a las formas de uso de los edificios. Así piensa Manuel de las Casas, director de la VI Bienal de Arquitectura Española, que arrancó ayer en Comillas (Cantabria) con la entrega del Premio Manuel de la Dehesa al edificio Kursaal de San Sebastián, obra de Rafael Moneo.
Con este galardón, el jurado reconoce al Kursaal como el mejor edificio de los dos últimos años. La Bienal, organizada por el Consejo Superior de los Arquitectos de España, la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), la Universidad de Alcalá y el Ministerio de Fomento, ofrecerá en su sexta edición un programa de muestras itinerantes, conferencias y talleres que durará hasta el invierno. La Bienal reforzará respecto a años anteriores la reflexión teórica sobre 'la arquitectura como problema de conocimiento que empieza antes de construir, con una forma de pensar el mundo', según explicó el director del encuentro.
La exposición inaugurada ayer, tras la entrega de premios, recoge los 17 trabajos finalistas del certamen, en su mayor parte creaciones de arquitectos menores de 45 años. La muestra incluye vídeos de los edificios con el objetivo de resaltar, además de su valor como objeto artístico, su funcionalidad cotidiana.
De las Casas, presidente del jurado, calificó la pareja de cubos creada por Moneo para reposar junto a la desembocadura del río Urumea, en San Sebastián, como la mejor obra, 'sin lugar a dudas', de su autor, a quien considera el arquitecto español de 'mayor prestigio y reconocimiento en el extranjero'. 'Es la obra en la que más riesgos ha asumido, en la que más se ha dejado llevar por la intuición de cómo debía ser el edificio en ese sitio determinado y en la que más ha olvidado las referencias académicas', aseguró el Premio Nacional de Arquitectura en un encuentro con los periodistas.
El presidente del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España, Jaime Duró, que no dudó en situar a la nueva arquitectura española en los primeros lugares de la clasificación mundial en cuanto a la calidad de sus profesionales, coincidió con De las Casas en considerar como rasgo característico de los arquitectos españoles la capacidad para situar a los edificios en su tiempo y su lugar específicos.
'Hay un cierto cansancio de la arquitectura-espectáculo, en la que parece que los edificios son como un mueble que se traslada de un lugar a otro, sirve para cualquier sitio y además es absolutamente insolidario con el medio', sostuvo Duró, quien añadió que, cuando una construcción es buena, 'casi parece que el lugar natural necesitaba precisamente esa pieza. El Kursaal es un claro ejemplo'.
Además de premiar al Auditorio y al Centro de Congresos Kursaal de Moneo, el jurado concedió un galardón al Palacio de Congresos y de la Música Euskalduna, en Bilbao, proyectado por los arquitectos Federico Soriano (1961) y Dolores Palacios (1960). De las Casas elogió el trabajo de Soriano y Palacios por 'su estética compleja, difícil y nada convencional, con muchas referencias a otros lugares del mundo, y por ser una fuerte apuesta por un sistema espacial distinto al habitual en los auditorios'.
La pareja de arquitectos recibió el I Premio Enric Miralles de la Fundación Caja de Arquitectos, con el que se galardona a los mejores proyectistas jóvenes en recuerdo del desaparecido arquitecto catalán.
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