Los malos augurios de Greenspan siembran la inquietud en las bolsas
Las bolsas reaccionan con caídas, pese al anuncio de recortes de tipos para animar el consumo
Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, fue nuevamente el oráculo de los mercados financieros y sus palabras -pronunciadas ante el Congreso- provocaron la caída de las bolsas mundiales. Los recortes de la apertura en la Bolsa de Nueva York se trasladaron al cierre de los mercados europeos. París y Francfort bajaron más del 2%, mientras que el índice de la Bolsa de Madrid se dejaba el 1,75% de su valor y el Ibex 35 perdía el 1,94%. Londres aguantó mejor el envite con un descenso del 0,43%. Al final, los mercados se tranquilizaron y el índice de valores industriales Dow Jones cerró con unas pérdidas del 0,34%. El índice de valores tecnológicos Nasdaq acusó una caída del 2,47%.
Una situación que lleva al máximo representante de la Fed a revisar el pronóstico de crecimiento de su economía para este año. El producto interior bruto (PIB) crecerá entre el 1,25% y el 2%, frente al 2% / 2,5% que había estimado hace sólo cinco meses.
Greenspan esbozó un panorama sombrío. 'Las incertidumbres que rodean la situación económica actual son considerables y hasta que veamos pruebas más concretas de que se hayan completado los ajustes de inventarios y gastos de capital, los riesgos siguen apuntando a que la desaceleración de la actividad se prolongará'.
Además, advirtió de que el contagio de la ralentización estadounidense a Europa, Japón y Latinoamérica es motivo adicional de preocupación porque acentúa la magnitud del debilitamiento en vez de compensarlo.
Greenspan afirmó que la Fed es el arma adecuada para luchar contra los males de la economía. 'La economía norteamericana sigue muy frágil y será sin duda necesario recurrir a un nuevo recorte de los tipos de interés para mantener los niveles de consumo', y añadio: 'La Reserva Federal ha actuado en apoyo de la demanda, con la esperanza de sentar las bases de un crecimiento sostenible'.
En estos últimos meses, Greenspan ha perdido mucho de su aura, pero sus intervenciones ante el Congreso, en este caso el Comité de Finanzas de la Cámara de Representantes, siempre tienen cierto dramatismo. La diferencia es que ahora, cuando habla, los mercados caen.
Sube la inflación Mientras el jefe de la Fed desgranaba las malas noticias, el Dow Jones y el Nasdaq se mantenían en números rojos. Una caída que se apoyaba en el aumento de la inflación y en los malos resultados de grandes empresas, como Intel, Coca Cola o Apple, que no cumplieron con las estimaciones de beneficios. Además, el indice de precios al consumo en Estados Unidos aumentó el 0,2% en junio, una décima más de lo que se esperaba. Si se excluyen los precios de alimentos y energía, el núcleo del IPC subió un 0,3%. El resultado sigue siendo ligeramente mejor que en mayo cuando el índice se situó en un 0,4%. La inflación interanual se sitúa ahora en el 3,2%. No obstante, la Reserva Federal calcula que en 2002, la tasa de inflación retornará a un nivel más moderado entre el 1,75% y el 2,5%.
Greenspan dejó margen para la esperanza: 'Creo que estamos viendo señales de que el fondo empieza a estructurarse. El ritmo del deterioro económico está disminuyendo. Es notable que, con toda la extraordinaria sucesión de elementos económicos negativos, la economía se siga manteniendo, lo que sugiere que el sistema sigue gozando de un soporte fundamental'.
El principal pilar de este soporte es el consumo. Los norteamericanos siguen gastando, incluso en casas, lo que se considera como un factor especialmente positivo. El Departamento de Trabajo subrayó ayer que la construcción había subido un 3% en junio. Pero el motor que alimenta los dos tercios de la actividad económica ya ha empezado a cansarse bajo el impacto de los más de 780.000 despidos que se han producido en estos últimos seis meses.
La producción industrial cayó en junio por noveno mes consecutivo, con una reducción del 0,7%. Muchas empresas esperan liquidar los productos que se acumulan en sus almacenes. Con todo, la economía norteamericana roza la anemia. El producto interior bruto de Estados Unidos creció a un ritmo anual del 1,2%, en el segundo trimestre tras un incremento del 1% en los dos trimestres anteriores, el peor resultado de la década.
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