La parte más divertida de la historia
Un grupo de jóvenes participa en un campo de trabajo para la restauración de la fortaleza de Alcalá la Real
Wonder Swierstra es holandés, tiene 19 años, estudia Matemáticas y éstas han sido las que le han llevado hasta Alcalá la Real (Jaén) para participar en un taller internacional de arqueología. Explica, desde la fortaleza de La Mota, que los árabes tradujeron muchos textos de matemáticas, motivo por el que él se interesó por su cultura y por el que ha viajado hasta Andalucía, donde comparte experiencia con otros 31 jóvenes de entre 18 y 30 años.
Swierstra, con el resto de participantes en el campo de trabajo, recupera la antigua ciudad fortificada que se conserva sobre la localidad de Alcalá la Real. El castillo permanece prácticamente intacto y refleja lo que era el urbanismo en los siglos XV y XVI. Tras el periodo musulmán, la parte alta del monte fue abandonada a favor del valle, lo que hizo que, al contrario de lo que ocurrió en lugares como Córdoba o Sevilla, se hayan podido mantener casas, estructuras de calles, canalizaciones y bodegas.
'El trabajo no es muy duro. Es interesante, hay gente que sabe mucho y nos están enseñando mucha historia, algo que me interesa porque las matemáticas son un poco secas', explica Swierstra en un castellano que aprendió durante tres años en sus estudios medios en Holanda.
Isabel Pulido, de 19 años, comenzará el próximo curso los estudios de Medicina. Para ella también sirve este campamento como lugar para practicar idiomas: enseña algo de castellano y practica inglés. 'Es una experiencia estupenda. Trabajamos, es verdad, pero también hablamos con gente de muchos sitios y Carlos está haciendo que sea muy interesante'.
Se refiere a Carlos Calvo, arqueólogo municipal y monitor del curso. Defiende a los participantes en el campo de trabajo internacional con el mismo interés que lo hacen ellos con él. 'Tienen tantas ganas de aprender... Estar aquí les sirve para conocer el patrimonio y para aprender a respetarlo y valorarlo en cualquier sitio en el que estén', dice.
Este es el cuarto año que Alcalá la Real solicita la realización durante el verano de un Campo Internacional de Arqueología, que sirve para complementar los trabajos de recuperación que desde 1988 se realizan de forma continuada en La Mota. Carlos Calvo calcula que se ha recuperado ya el 50% del valor arqueológico de este lugar.
El concejal Pablo Ramírez advierte de que, con este tipo de proyectos, que se complementan con escuelas taller, lo que se pretende es recuperar la historia 'y mantener vivo el pasado'.
Pero no todo es trabajo. Los participantes en este campo dedican la mañana a las excavaciones, pero por la tarde realizan visitas turísticas a provincias limítrofes, hacen actividades deportivas e intercambian conocimientos. Hasta hacen comidas internacionales que se dan a probar unos a otros para conocer la diversidad de los guisos europeos.
Los participantes en el campo de trabajo tienen con esta experiencia su primer contacto con la arqueología. Llegan biólogos, matemáticos, ingenieros, pero casi ningún estudiante que conozca cómo se trabajan los restos históricos. El arqueólogo municipal asegura que esto no es obstáculo para que trabajen con exquisito cuidado. 'No destrozan nada, al contrario, son sumamente cuidadosos para no ocasionar ningún daño a los materiales con los que trabajan', comenta.
'Me interesa la arqueología desde pequeña y repetiré la experiencia el próximo año. No sé adónde iré, pero me iré hasta que encuentre restos humanos, que es lo que más me interesa', explica Isabel Pulido.
![Participantes en el campo de trabajo organizado para restaurar el castillo de Alcalá la Real.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/JEQPXXK52F6P4GVYBGSNZ2SHFA.jpg?auth=8fa0c3bec7af0d28930b97b6b84939e358e9960c4aa7f8bb87594f2d5c79330e&width=414)
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