El 'lehendakari' se da a sí mismo una segunda oportunidad
Además de acreditar la confianza que le merece su equipo, la decisión de Juan José Ibarretxe de mantener en sus puestos a la práctica totalidad de los consejeros y, particularmente, a Javier Balza en Interior, ilustra también probablemente la tenacidad con la que el lehendakari busca darse una segunda oportunidad que le haga justicia.
El Ejecutivo vasco actual está formado íntegramente por gentes de su confianza y hasta podría decirse que comparten un perfil político discreto, hombres y mujeres caracterizados por su capacidad de gestión a los que ahora, baquetados ya después de dos años de legislatura frustrada, ofrece la oportunidad de reivindicarse como verdaderos políticos. Ibarretxe es, de hecho, el único superviviente de los Gabinetes formados por su antecesor en el cargo, José Antonio Ardanza. Con la ratificación de Javier Balza, uno de sus hombres de máxima confianza -trabajó a su lado en la Presidencia como secretario general de Régimen Jurídico y Desarrollo Autonómico- es como si admitiera implícitamente su corresponsabilidad en los pasados errores de su consejero de Interior y proclamara su voluntad de rehabilitarle.
'Nueva etapa'
Fue Ibarretxe quien le colocó a la cabeza de Interior y es Ibarretxe ahora quien le sostiene en el cargo para darle y darse a sí mismo la oportunidad de demostrar que no hay un error de fondo, sino circunstancias desgraciadas, mala fe, y equívocos frustantes. Se crea o no en la 'nueva etapa' proclamada por él durante su sesión de investidura, en la voluntad de rectificar determinadas actitudes, está claro a estas alturas que la persistencia es un rasgo evidente del actual lehendakari.
Contra quienes consideran que el actual equipo de gobierno tiene escaso peso político, Juan José Ibarretxe tiene una confianza notable en sí mismo y en sus colaboradores. Los dos grandes retos inmediatos de esta legislatura afectan directamente a dos de las tres personas que componen el 'núcleo duro' del Ejecutivo. La primera de esas personas es, obviamente, Javier Balza, emplazado ahora a recuperar la confianza de los ertzainas en sus mandos políticos y dinamizar la acción policial, de forma que llegue a hacerse realidad el propósito enunciado de derrotar a ETA.
El segundo reto es la renegociación del Concierto Económico y el desarrollo estatutario, cuestiones en la que Ibarretxe cuenta con el concurso de la vicepresidenta Idoia Zenarruzabeitia, antigua secretaria de actas del EBB y persona también de su total confianza. El tercer elemento, Josu Jon Imaz, actual portavoz, es un valor consolidado.
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