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Prodeni investiga cibercafés donde se puede incitar a niños a ver pornografía

La Asociación para los Derechos del Niño y de la Niña, Prodeni, ha abierto una investigación propia para esclarecer denuncias telefónicas de padres de niños de entre 8 y 13 años que aseguran que hay algunos establecimientos, conocidos como cibercafés, donde se incita a los niños a visitar páginas de Internet con contenidos pornográficos con el fin de conseguir su atención y retenerlos como clientes habituales.

Prodeni ha recibido decenas de llamadas de padres preocupados por el comportamiento de sus hijos desde que comenzaron a navegar por Internet, porque se produce en ellos una 'adicción'. Los locales donde se accede a la red a través de un ordenador son el 'lugar ideal' para que los niños puedan dedicar muchas horas a su afición, pues están fuera del control de sus padres, según explicó el presidente de Prodeni España, Juan Pedro Oliver.

Esta asociación había sido advertida ya de los problemas que ocasiona la 'falta de control' de los cibercafés, pero la alarma saltó cuando se recibió una llamada al Teléfono del Niño de un padre que explicaba cómo su hijo de 12 años había violado a su hermana de 8 años, 'incitado por la pornografía que estaba acostumbrado a ver en un cibercafé' del que era cliente habitual.

'Un joven de esa edad no está preparado para asimilar ciertas imágenes y más aún cuando no recibe suficiente información sexual en su casa, que es lo que suele ocurrir', explicó Oliver, quien aseguró que si las hipótesis de su investigación y las denuncias telefónicas se confirman podrían denunciar el caso a la Fiscalía de Menores.

En cualquier caso, Prodeni pretende alertar a la administración y a la sociedad en general para que se 'limite y controle' la actividad de los cibercafés, porque el acceso de menores a estos establecimientos prodría estar reñido con los contenidos que se pueden encontrar en Internet.

Los padres que llaman al teléfono de la asociación preocupados por la 'adicción' de sus hijos a la red informática coinciden en señalar que los niños experimentan un cambio de carácter radical, 'tendente a la agresividad' en algunos casos. Oliver afirma que el motivo de este cambio es que, 'como en el resto de las adicciones, lo único que les interesa es su obsesión y todo lo demás pasa a un segundo plano, por lo que se crean un mundo propio y se acostumbran a la mentira para conseguir su objetivo'. En este sentido, se ha detectado que muchos de los niños que acuden a los cibercafés cometen hurtos familiares e incluso se ausentan del colegio para pasar más horas navegando por la red

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'Esta sociedad se mueve por dinero', afirmó Oliver, quien sostiene que las ganancias que los niños 'obsesionados por la pornografía' dejan en las largas horas que pasan en los cibercafés son un aliciente para sus propietarios, por lo que 'ofrecen al niño lo que le produce curiosidad'.

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