Los nuevos editores defienden su pasión por los buenos libros

La fuga de escritores, los adelantos 'aberrantes' que se pagan, las comisiones de los agentes literarios, la amenaza de las nuevas tecnologías, la inaccesibilidad de los medios y la 'excesiva juventud' de muchos críticos son escollos que han de sortear los nuevos editores en su lucha diaria por sobrevivir junto a las grandes editoriales. Tres de ellos expusieron ayer su visión del futuro en el XVII Encuentro sobre la Edición de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Santander, dirigido este año por el editor Jorge Herralde.

Abrió la charla Pedro del Carril, editor de Salamandra, para defender el 'espíritu artesanal' y 'el oficio' del editor independiente frente al carácter profesional de los grandes grupos. Contrapuso las ventajas de las grandes editoriales: 'Economía de escala, inagotables recursos financieros, influencia en medios de comunicación, implantación social, línea directa con centros políticos y financieros', a las virtudes del editor de oficio: 'Pasión por editar buenos libros, compromiso con la calidad, credibilidad de marca y el estímulo de la inquietud y la inseguridad constante'. Del Corral destacó la importancia de ganar la confianza de los libreros, quienes reciben una novela de estreno cada 10 minutos, según un pormenorizado cálculo que hizo en su charla.

Le siguió Amador Fernández Savater, de Acuarela Libros, que criticó el 'fetichismo tecnológico' y calificó de 'fantasmal' la supuesta superioridad de las nuevas tecnologías frente al libro. También mostró su preocupación por la posibilidad de que quienes abogan por la desaparición del libro, 'por obsoleto', frente a las nuevas tecnologías, quieran al tiempo eliminar 'la civilización del libro, la autonomía de la reflexión individual'.

Cerró el debate José Huerta, de Lengua de Trapo, que eligió 'la agitación cultural y el amor a los libros' como principales cualidades del editor independiente. Huerta propuso como vía de subsistencia 'crecer hasta consolidar una estructura' a partir de 'redes de alianzas selectivas y discriminatorias' entre pequeños editores para compartir gastos de papel o insertar publicidad.