Milosevic rechaza toda relación con el resto de los detenidos
Slobodan Milosevic, encarcelado en la prisión del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, ha rechazado la oferta para incorporarse a la vida normal de la cárcel con los otros 38 detenidos. Las autoridades penitenciarias le mantienen en régimen de incomunicación desde que fue detenido el pasado 28 de junio para concederle un tiempo de adaptación a su nueva situación. A partir del 27 de este mes, lo apruebe o no, Milosevic tendrá que comer, pasear, leer y departir, no sólo con los otros serbios detenidos, sino también con los 11 croatas y 2 musulmanes que hasta hace poco eran sus más acérrimos enemigos. Sólo en caso extremo, por ejemplo porque peligrara su vida, las autoridades penitenciarias podrían prolongar su aislamiento.
Según han confirmado los portavoces del tribunal, el exdictador serbio ya puede dormir con la luz de su celda apagada, pero continúa sometido a la vigilancia constante de una cámara. Sus antecedentes familiares y su carácter inestable hacen sospechar que podría intentar suicidarse.
Aunque Milosevic se resiste a nombrar abogado frente a lo que considera "un tribunal falso", en los últimos días han aumentado las visitas de letrados que se entrevistan con él en calidad de "asesores". Tras las conversaciones con sus abogados yugoslavos, los primeros días siguió la de Christopher Black, representante del Comité Internacional de Defensa de Slobodan Milosevic, que agrupa a 200 juristas e intelectuales de todo el mundo. La próxima será la del exsecretario de Justicia estadounidense, Ramsey Clark, a quien el tribunal concedió ayer autorización. El político fue uno de los grandes opositores a los bombardeos de la OTAN sobre Yugoslavia. La fecha de la visita está aún por determinar.
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