El Gobierno prevé un fuerte recorte del gasto
El ministro de Economía argentino, Domingo Cavallo, tenía previsto lanzar a última hora de ayer un plan para reducir el gasto público y frenar el desmoronamiento de la economía argentina. Se esperaba el anuncio de una reducción de entre un 8% y 10% el gasto público, de modo que el Estado pudiese ahorrarse entre 800.000 millones y un billón de pesetas en dos años.
La rebaja del gasto público, según adelantaron fuentes del Gobierno, no implicará despidos, aunque sí la eliminación de altos cargos de la administración pública. Los salarios y las jubilaciones que paga el Estado se reducirán también entre un 8% y 10%. Este será el segundo recorte de salarios que sufrirán los empleados públicos argentinos en un año. A mediados de 2000, el antecesor de Cavallo, Luis Machinea, decidió rebajar los salarios públicos un 12%.
Cavallo, según las fuentes, quiere que a partir del próximo mes de agosto el Estado sólo gaste lo que recaude. El ministro ya había dicho el martes que prentende lograr un déficit cero porque, según él, "el crédito para mantener el actual nivel de gastos está agotado".
Varios miembros del Gobierno esperaban anoche que la medida ayudase a recuperar la confianza de los inversores. Ayer, la temprana filtración del plan a los mercados, apuntaló a la Bolsa bonaerense y evitó que ésta cerrara con mayores pérdidas.
El gran problema
Un reciente informe elaborado por el servicio de estudios del BBVA señala los tres principales problemas que Argentina debe superar: la falta de competitividad y la viabilidad del régimen de tipo de cambio, la sostenibilidad de la deuda, y la falta de confianza internacional. De los tres, el más importante es el último, porque los dos primeros pueden capearse si se recupera la confianza.
El director del departamento de economía internacional del servicio de estudios de Caja Madrid, José ramón Díez, señala que en este momento, los inversores, principalemte en EEUU, creen que Argentina no podrá hacer frente a sus compromisos financieros externos a corto plazo si sigue perdiendo la confianza de los inversores al ritmo actual. Y que, además, la devaluación está cercana. "Si se produce", dice Díez, "será una catástrofe porque los bancos argentinos cargan con 40.000 millones de dólares de crédito al sector privado".
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