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Una instalación polémica y rechazada por los vecinos

La incineradora de basuras de Valdemingómez, que explota la empresa Tirmadrid, es fuente de críticas, vertidas sobre todo por los vecinos de los pueblos adyacentes, desde que nació en diciembre de 1995. Los olores que desprenden los humos que manan de sus chimeneas y el temor a las emisiones nocivas la han situado desde el inicio de su funcionamiento en el centro de muchas polémicas.

Los vecinos de la zona se han manifestado reiteradas veces para exigir la clausura de esta planta, que quema las 900 toneladas de basura que genera cada día la ciudad.

El Ayuntamiento de la capital tiene previsto efectuar, antes de que concluya el presente año, un segundo estudio olfatométrico para conocer los niveles actuales de olores procedentes de los centros de tratamiento de residuos sólidos urbanos y cómo éstos afectan a la población. El primer estudio reveló que en Valdemingómez sólo huele un 3% de las horas del año (263), y, en consecuencia, concluyó que los olores en la zona 'no son significativos'.

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El Ayuntamiento de Madrid, para eliminar los malos olores, se ha gastado ya en los últimos años más de 3.000 millones de pesetas en la instalación de filtros y en el cubrimiento de las dos plantas de compostaje.

Riesgos para la salud

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Desde el Consistorio se mantiene que la salud de los vecinos de la zona no corre ningún peligro. Tras el accidente del horno número 2 de la planta, el concejal de Medio Ambiente, Adriano García-Loygorri, señaló: 'Hace algún tiempo realizamos un estudio científico para conocer cuáles son los niveles de riesgo para los adultos, y determinamos que estos riesgos se encuentran en un punto 1.000 veces por encima de lo detectado ahora, mientras que para los niños el listón se sitúa en unas 400 veces más'. El concejal destacó que no se había visto un aumento del nivel de dioxinas en los suelos que rodean la incineradora.

La localidad de Rivas-Vaciamadrid es la más cercama, a tres kilómetros de distancia, de la incineradora de Valdemingómez, y tiene un crecimiento urbanístico previsto cercano a los 90.000 vecinos.

La incineradora de Valdemingómez ha aumentado en los últimos años en un 50% la basura que quema diariamente (de 600 toneladas a 900) desde que se puso en marcha. Entre 1997 y 1999, los niveles de furanos y dioxinas (sustancias consideradas tóxicas que produce la combustión de la basura) aumentaron en un 25% (de 0,04 nanogramos por metro cúbico de aire a 0,05), aunque se encuentran lejos aún del límite máximo permitido por la Comunidad (0,1).

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