'Lo único que logran es destruir el futuro de su comunidad'
David Blunkett, recién nombrado ministro laborista del Interior, prohibió la pasada semana las marchas de carácter político en Bradford para evitar estas erupciones de violencia. Ante lo ocurrido, tampoco ahorró ayer adjetivos a la hora de criticar a sus responsables. 'Hay gente que actúa a ciegas y, con su comportamiento poco cívico y sectario, lo único que consigue es destruir el futuro de su propia comunidad', aseguró.
A la mañana siguiente, Bradford presenta un aspecto apocalíptico después de la batalla campal que se prolongó durante gran parte de la noche. El domingo por la tarde los bomberos y la policía seguían limpiando los destrozos de la noche anterior, retirando las decenas de coches carbonizados y barricadas, barriendo los cristales rotos que alfombraban algunas calles de la ciudad.
Una tienda de informática había sido reducida a cenizas, entre muchos otros comercios también atacados durante los enfrentamientos entre jóvenes asiáticos y neonazis. Según la policía, muchos coches eran robados para ser lanzados con la policía y luego incendiados.
El comisario Phil Read lanzó en una rueda de prensa 'un llamamiento a la tranquilidad' y pidió a los ciudadanos que no salgan de casa 'por si se repiten los disturbios'.
El balance de víctimas pudo haber sido mucho más elevado, después de que varios cócteles mólotov incendiasen un club laborista, el Manningham. El dueño del establecimiento, Roy Glister, relató a la BBC que los 28 parroquianos que se encontraban en ese momento dentro del pub 'se salvaron de milagro'. 'Todas las ventanas fueron destrozadas y luego lanzaron los artefactos explosivos', señaló. 'Nos refugiamos todos en una habitación y esperamos a los bomberos', prosiguió Glister, quien señaló que su coche también fue incendiado.
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