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La violencia racial entre asiáticos y neonazis se extiende por el Reino Unido

Los violentos enfrentamientos de Bradford se saldan con 36 detenidos y 120 policías heridos

Isabel Ferrer

Según la policía, que acudió al barrio de mayoría asiática de Manningham con oficiales antidisturbios, perros y agentes a caballo, cerca de un millar de jóvenes les lanzaron ladrillos, bombas incendiarias y botellas en un arrebato de violencia que sorprendió incluso a los representantes municipales locales. En el momento álgido del choque, las fuerzas del orden fueron golpeadas por los manifestantes con bates de béisbol y ladrillos.

'Nadie esperaba que las cosas se desmandaran de este modo. Muchas tiendas han sido destruidas, y ya basta de líos', dijo ayer Mohammed Amran, miembro de la Comisión para la Igualdad Racial, mientras contemplaba las lunas de escaparates rotas y los comercios quemados durante los enfrentamientos. Mohammed Riaz, un concejal del distrito asaltado, calificó, por su parte, la situación de irreal. 'No puedo creer que esto suceda en una localidad inglesa. La situación carece de sentido', dijo.

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Poco antes de los choques, la Liga Antinazi había congregado a unas 500 personas, en su mayoría de origen asiático, en la plaza del Centenario de Bradford. Testigos presenciales aseguraron que el grueso de la marcha se dispersó de pronto para enfrentarse a un grupo de jóvenes británicos blancos que salían de un pub e insultó a los que desfilaban. Uno de los clientes del bar fue apuñalado en la espalda. Algo después, un varón indio recibió una cuchillada en una pierna. A partir de entonces, la situación se desbordó y la policía pidió anoche a los habitantes de la ciudad que se quedaran en casa para evitar altercados.

Las autoridades británicas no quisieron entrar en detalles sobre la identidad y el origen de los 36 detenidos, que la policía identificó luego como '13 blancos y 23 asiáticos, todos ellos, menos dos, vecinos de Bradford'. Greg Wilkinson, ayudante del comisario, reconoció que la situación estuvo a punto de desbordar a sus agentes, pero los violentos serían detenidos en las próximas semanas.

Estos nuevos disturbios suceden a los registrados en abril pasado en la propia ciudad, cuando jóvenes asiáticos y blancos se pelearon a brazo partido tras una boda celebrada por el rito hindú. En aquella ocasión hubo ocho heridos y varias tiendas quedaron destrozadas por las bombas incendiarias. A finales de mayo, otra localidad británica, Oldham, fue el escenario de tres días de luchas callejeras que enfrentaron a 500 jóvenes, originarios en su mayoría de India y Pakistán, con la policía. Portavoces de esta última negaron después que bandas de ambas procedencias hubieran convertido parte de la ciudad en 'zonas de exclusión' para sus convecinos blancos, que tendrían prohibido el paso en algunos barrios. La cifra de detenciones ascendió entonces a 50 personas.

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En Burnley, también al norte de Inglaterra, el asalto a un taxista asiático derivó en junio en otro brote violento que se prolongó durante todo un fin de semana y dejó el mismo rastro de heridos y tiendas asaltadas.

Los servicios de emergencia sortean unas barricadas de coches destrozados, ayer en Bradford.
Los servicios de emergencia sortean unas barricadas de coches destrozados, ayer en Bradford.REUTERS

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