'Necesitamos un código ético para controlar el turismo cultural'
'Los museos son grandes creadores de empleo y pueden ser uno de los puntos clave en el desarrollo de un país porque juegan un papel importante en el desarrollo turístico', afirma Jacques Perot, que el pasado viernes fue reelegido presidente del Consejo Internacional de Museos (ICOM) en el marco de la asamblea de este organismo celebrada en Barcelona. 'Pero necesitamos un código deontológico para controlar el turismo. Para conseguir que esta industria, que puede ser portadora de esperanza y educación, no traiga consigo problemas que afecten a la conservación de las colecciones, la destrucción de sitios arqueológicos o vaya en detrimento de la interpretación del patrimonio. El turismo cultural tiene que estar en manos de profesionales del patrimonio'.
'Sería un error plantear el futuro del museo sólo desde la visión de su rentabilidad económica'
Al ICOM, que agrupa a unos 16.000 museólogos de más de 64 países de todo el mundo, le preocupa especialmente el código ético de la profesión, que también ha actualizado durante esta 19ª Conferencia General del ICOM -la primera celebrada en un país mediterráneo-, para evitar que el mercado o los intereses comerciales puedan interferir en el funcionamiento de los museos. Para ello, el código prohíbe expresamente que los trabajadores de museos realicen trabajos para galerías o marchantes, e incluso recomienda que no sean coleccionistas. 'La deontología es la misma, pero hemos adaptado y precisado el vocabulario', afirma Perot. 'Lo importante es que quede clara la separación entre el aspecto profesional de los trabajadores de los museos, al servicio del público, y el aspecto comercial. Se trata de que no haya la más mínima sospecha'.
El lema de la conferencia de Barcelona era Gestionando el cambio: el museo frente a los retos económicos y sociales. Para Perot lo que ha quedado claro en las reuniones que han tenido los múltiples comités sectoriales es que 'el museo, sin perder su papel de conservación y estudio de las colecciones, tiene que abrirse más a la sociedad'. Y, también, que se acabaron los tiempos, al menos en Europa, en que las administraciones públicas aseguraban la pervivencia de estas instituciones culturales. En la primera resolución de la conferencia se reconoce que las aportaciones públicas disminuyen en todos los países y ahora se hace imprescindible la colaboración de patrocinadores privados. El ICOM hizo una llamada a los Gobiernos para que armonizaran sus políticas fiscales para asegurar a los mecenas las mismas ventajas de las que gozan sus colegas en otros países, como Estados Unidos. Con todo, Perot se opone a los que piensan que los patrocinadores tienen que poder intervenir en la programación del museo. 'La aportación de dinero tiene que ser el fruto de un acuerdo sobre el proyecto, pero este proyecto tienen que definirlo los profesionales del museo, que son los que están mejor preparados para hacerlo', asegura. De hecho, el ICOM reclama de los Gobiernos una mayor autonomía para los museos y alerta contra la tentación de mercantilizarlos.
'Los museos no pueden ser rentables a largo plazo', afirma Perot. 'Algunos tal vez puedan conseguir muchos ingresos porque su colección atrae a muchos turistas o por el gancho de las exposiciones, pero si se analiza con proyección de futuro es difícil que puedan resultarlo'. Y, añade, nadie puede pedirles que lo sean. 'Una cosa es que el museo deba adaptarse en el plano de la gestión para conseguir más autonomía y obtener diferentes líneas de financiación, y otra que se lo considere sólo desde esta perspectiva. El museo no puede ser considerado un producto comercial banal, una mercancía como cualquier otra. Es una institución al servicio de la sociedad y el patrimonio y sería un error plantear su futuro sólo desde el punto de vista de la rentabilidad económica'.
En este sentido, el ICOM alerta a todos los organismos nacionales e internacionales, incluida la Organización Mundial del Comercio, para que en el proceso de apertura de mercados mantengan la 'excepción cultural'. Es, afirma Perot, la única manera de asegurar la función de los museos y también de contribuir al respeto de la diversidad cultural, lingüística y patrimonial en este nuevo mundo globalizado.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.