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Blair ofrece nuevas concesiones al IRA para favorecer el desarme

Londres aceptará la reforma de la policía del Ulster a cambio de algún gesto sobre el desarme

El primer ministro británico, Tony Blair, hará seguramente concesiones al Ejército Republicano Irlandés (IRA) en las negociaciones que comienzan mañana con el fin de evitar el fracaso del proceso de paz en Irlanda del Norte. A cambio, Blair esperará que el IRA cumpla su compromiso de poner sus armas 'fuera de uso, de forma total y comprobable'.

Lo que el Gobierno británico está dispuesto a hacer es abordar la crucial preocupación del IRA y su ala política, el Sinn Fein, de que la nueva fuerza de policía proyectada para Irlanda del Norte siga dominada por protestantes y carezca de credibilidad entre la población católica. El IRA ha indicado que, si se dan pasos en la cuestión de la policía, habrá pasos en la de las armas. Consciente de ello, una fuente del Gobierno británico ha dicho que en estas conversaciones, cuyo fin está previsto para el martes, 'todos los caminos conducirán a la policía'.

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La crisis más reciente la ha precipitado la dimisión, hace una semana, de David Trimble, el líder del Partido Unionista del Ulster (UUP) y primer ministro del Gobierno compartido creado tras los acuerdos de Viernes Santo de 1998. Trimble perdió la paciencia con lo que, a juicio suyo y de la mayoría de los protestantes, es la falta de cumplimiento por parte del IRA de los compromisos que le correspondían en virtud de dicho acuerdo.

En caso de fracasar las conversaciones que comienzan mañana y deben acabar el martes, el precio sería la disolución, a mediados de agosto, del Gobierno compartido, el fruto de un compromiso histórico entre católicos y protestantes para el que fue necesaria una década de negociaciones tortuosas y, a menudo, secretas.

Un lugar discreto El IRA estará representado por el Sinn Fein en las conversaciones, que se van a celebrar en una retirada casa de campo en Inglaterra. La situación es tan urgente que, además de los principales partidos políticos en Irlanda del Norte, incluido el UUP de Trimble, también asistirán Blair y el primer ministro irlandés, Bertie Ahern.

El dato que servirá para saber si las conversaciones tienen éxito o no es simple: que pueda lograrse una fórmula para convencer al IRA de que dé un paso lo suficientemente importante, en la cuestión de las armas, como para impresionar a Trimble y sus seguidores. El trecho entre el desastre y el triunfo es muy corto. Si se logra esa fórmula, Trimble ha dicho que volverá a ocupar su cargo, una decisión que daría enorme impulso al proceso de paz en Irlanda del Norte.

¿En qué consistiría dicha fórmula? El IRA daba la respuesta, en parte, en un comunicado emitido hace tres semanas. Decía que no accedería a la entrega de armas mientras el Gobierno británico no tomase medidas en dos aspectos de vital importancia para los republicanos: la reforma radical de la policía de Irlanda del Norte y la desmilitarización.

Desde el punto de vista del Gobierno británico, la cuestión de la policía es la más importante de las dos, dado que, una vez que haya una policía eficiente y creíble en Irlanda del Norte, la presencia del Ejército británico, en el sentido de 'militarización' que entiende el IRA, ya no será necesaria.

Paul Bew, profesor de política en la Queen's University de Belfast, es uno de los analistas políticos más respetados de Irlanda del Norte. Goza de la confianza del 10 de Downing Street y también tiene buena relación con Trimble. 'Blair cree que la policía es la clave del problema, que es ésa la respuesta', declaró Bew el viernes.

Por tanto, cuando las fuentes del Gobierno británico dicen que en las conversaciones del lunes y el martes 'todos los caminos llevan a la policía', ¿a qué se refieren? 'Se refieren', explicaba Bew, 'a que Blair va a ofrecer nuevas concesiones al Sinn Fein, y por extensión, desde luego, al IRA, en materia de policía. Eso es evidente. No tengo ninguna duda de que se van a hacer concesiones'.

La cuestión de la policía será la sustancia de las conversaciones. Habrá que abordar aspectos prácticos como el número de católicos que podrán ocupar puestos de mando en una fuerza que históricamente ha sido la defensora del privilegio protestante.

El problema de las armas, por otro lado, no es tanto una cuestión de sustancia como de simbolismo. Porque nadie piensa que el IRA vaya a entregar todo su arsenal, destruir y quemar todas sus armas. Como dice una fuente del Gobierno británico -y como saben Trimble y sus seguidores-, esa reserva de armas representa 'sólo una pequeña parte de lo que tienen y, además, el IRA puede adquirir nuevas armas rápidamente si lo desea'.

Entonces, ¿por qué ha puesto Trimble en peligro todo el proceso de paz por la cuestión de las armas si, en realidad, todo se reduce a un gesto simbólico? En primer lugar, porque, en un conflicto inspirado por un profundo antagonismo religioso e histórico, el simbolismo tiene enorme peso político, como demuestra en estos mismos días la controversia, de nuevo candente, sobre si debe permitirse o no a la Orden de Orange que desfile por barrios católicos.

Bew da una segunda explicación. 'La entrega de armas, no debemos olvidarlo, figura en el acuerdo: el Sinn Fein aceptó el compromiso y es una obligación que debe cumplir. Los unionistas consideran que ya han cedido mucho, que han aceptado mucho sufrimiento, a cambio de la promesa del IRA de que iba a entregar las armas. Si llegan a la conclusión, como están llegando, de que les han traicionado, la situación se les volverá intolerable desde un punto de vista emocional'.

El bando republicano no estaría de acuerdo con esta opinión, dado que, al fin y al cabo, ya ha declarado su voluntad de abandonar la 'lucha armada' sin haber alcanzado, ni mucho menos, su objetivo histórico de una Irlanda unida y liberada del yugo británico. Por otro lado, son los protestantes, como los blancos en Suráfrica, los que están renunciando a poderes y privilegios a la hora de la verdad. 'Por eso', explica Bew, 'si los republicanos hicieran un gesto en el asunto de las armas, aunque sólo se interprete como tal, ayudarían a aumentar la sensación entre los unionistas de que también ellos están dispuestos a aceptar sufrimientos, y producirían el sentimiento de que, en el futuro, el acuerdo puede funcionar sobre una base justa y recíproca'.

Un ingeniero del Ejército británico tiende una alhambrada en Dumcree, Portadown, para evitar la entrada de los orangistas en el distrito católico.
Un ingeniero del Ejército británico tiende una alhambrada en Dumcree, Portadown, para evitar la entrada de los orangistas en el distrito católico.REUTERS

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