Javier Elzo achaca a los padres la tardía marcha del hogar de los jóvenes
El paro, la duración de los estudios universitarios o la carestía de la vivienda son factores que influyen en la tardía emancipación de los jóvenes españoles, pero no son los más importantes, afirmó ayer en San Sebastián el sociólogo Javier Elzo. En su opinión, la explicación fundamental se encuentra en 'el peso de la tradición familiar en España, y más aún si cabe en Euskadi', y en 'la particular relación entre padres e hijos'.
Elzo, quien impartió una clase sobre Dificultades de emancipación de los hijos. Trabajo y vivienda, incluida en el curso de verano Nuevas formas familiares y necesidades de vivienda, expuso el 'doble fenómeno' que se da en torno a la emancipación de los jóvenes. Así, explicó que éstos estarían dispuestos a emanciparse a los 18 o 19 años. Sin embargo, en ese momento, sus padres, 'excesivamente proteccionistas', creen que todavía son 'muy críos' y les piden que se queden. Los progenitores querrían que sus vástagos 'volaran del nido' con 24 o 25 años, pero entonces son los jóvenes los que se resisten a abandonarlo, alegando que 'no están dispuestos a dejar la casa familiar hasta que tengan una situación económica y social estable'.
Trabajo fijo y casa
'Aquí todavía tenemos la idea de que el trabajo tiene que ser fijo, estable y para siempre, y eso prácticamente se ha acabado', indicó. A esta situación hay que sumar 'la tradición de comprar pisos grandes', añadió Elzo, quien abogó por un sistema financiero mediante el cual los jóvenes, con la ayuda familiar y su propio trabajo, puedan empezar comprándose un apartamento, para 'dar el salto' luego a un piso mayor.
El sociólogo subrayó que los jóvenes practican 'la emancipación posmoderna' o 'el estar en casa sin estar'; esto es, 'tener alojamiento, comida y ropa'. A su juicio, además, se trata de 'una fonda amable', donde 'no tienen que estar constantemente demostrando su valía'. Elzo cree que 'no hay espacios de comunicación en la familia', pues, entre semana, los padres están trabajando y los hijos estudiando o trabajando y, los fines de semana, los jóvenes 'duermen hasta la hora de la comida', a la que se presentan 'con dificultades para establecer una comunicación'.
El sociólogo no vislumbra, a corto plazo, un futuro diferente. 'El que un chico salga de casa, se busque un apartamento e intente sobrevivir, incluso con ayuda familiar, exige que asuma el principio de que es responsable de su vida, y eso en la sociedad española llega muy tarde, a los 28 o 30 años', afirmó.
Respecto a los modelos familiares del País Vasco, los matrimonios con hijos siguen dominando, aunque han descendido: un 64% en 1996 frente al 72% de 1981, según los últimos datos del Eustat facilitados ayer por Enrique Morán. Las familias monoparentales son aún minoritarias, aunque casi se han doblado al pasar del 7 al 11%.
Según el Eustat, el número de bodas aumentó en Euskadi un 7,2% el año pasado, en el que se registraron 10.386 enlaces, 698 más que en el ejercicio anterior. El 30% fueron matrimonios sólo civiles.
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