Vacaciones, educación y trabajo
Si los horarios de trabajo de los padres se ajustasen a las ocho horas diarias por las que tanto tuvieron que luchar nuestros abuelos y padres, mejor iríamos. Los padres podríamos estar muchas más horas disfrutando y educando a nuestros hijos, con lo cual estaríamos formando una sociedad más educada y responsable, y las empresas irían tanto mejor, pues no se perderían tantas horas haciendo ver que se trabaja.
Ahora la pelota está en el tejado de políticos, y especialmente de empresarios, que deben reconocer que no por estar más horas en el puesto de trabajo se rinde más. Estoy segura de que muy a corto plazo se empezarían a notar los beneficios de estar más horas con los hijos.
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