El veto de Bruselas a la fusión entre General Electric y Honeywell irrita a Estados Unidos
La Comisión Europea considera que la integración consolidaría una posición de dominio
El Ejecutivo comunitario insiste en que su decisión no es política y que tan sólo pretende evitar que GE refuerce su posición dominante en el mercado de productos relacionados con la aviación. Aun así, la decisión ha causado un profundo malestar en la Administración estadounidense, sobre todo porque el veto a la fusión de General Electric con Honeywell se produce sólo unos meses después de que Bruselas prohibiera la integración de las telefónicas MCI WorldCom y Sprint o la alianza de Time Warner con la discográfica EMI.
El comisario europeo de la Competencia, Mario Monti, restó dramatismo a los efectos de la decisión en las relaciones entre Bruselas y Washington. Pero la Administración estadounidense se hizo escuchar. El secretario del Tesoro estadounidense, Paul O'Neill, afirmó a The Washington Timesque el veto constituye una "injerencia" en asuntos económicos ajenos para "proteger a los miembros de la UE de la competencia foránea". También dijo que el proceso regulatorio de la UE tiene fallos porque las personas que toman las decisiones no han sido elegibles y no están sujetas a una revisión judicial". Bruselas ya vetó en su día la fusión de dos compañías estadounidenses, MCI-WorldCom y Sprint
Monti explicó que su departamento ha trabajado en estrecha cooperación durante la investigación con la justicia norteamericana. "Es lamentable que llegáramos a conclusiones diferentes", dijo. En el expediente, se asegura que la integración permitiría a la compañía resultante utilizar la fuerza de mercado. "La fusión, tal y como estaba planteada, habría reducido gravemente la competencia en la industria aeroespacial y acarreado, en definitiva, mayores precios para los clientes, en especial las líneas aéreas", dijo Monti, que lamentó "que las compañías no hayan sido capaces de encontrar una solución".
GE y Honeywell notificaron su plan a la UE el 5 de febrero y el 1 de marzo la Comisión abrió una investigación que demostró que "GE tenía ya en solitario una posición dominante en los mercados de motores a reacción de grandes aviones comerciales y regionales". Por ello exigió desinversiones. Las modificaciones de GE resultaron insuficientes.
Actuación de los abogados
En las sedes centrales de ambas compañías en Estados Unidos se han empezado a preparar los mecanismos legales para salvar la decisión de la UE. Según la legislación comunitaria, los abogados tienen dos meses para recurir ante el Tribunal de Justicia de la UE si consideran conveniente seguir adelante y enfrentarse a las autoridades de la Unión Europea.
Por el momento, sin embargo, todo apunta a que el fracaso de la operación, valorada en 41.000 millones de dólares (unos ocho billones de pesetas), acarreará cambios en Honeywell. Los analistas prevén que Michael R. Bonsignore, actual primer ejecutivo, sea sustituido por Lawrence Bossidy, que preside Allied Signal. GE perdió ayer en Bolsa un 1,59% en tanto que Honeywell ganó un 2,90%.
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