Bruselas defiende la instalación sin trabas de antenas parabólicas
Los obstáculos técnicos, administrativos o arquitectónicos con los que los ciudadanos europeos se enfrentan para utilizar antenas parabólicas dentro de la UE son incompatibles con las reglas de mercado interior. Así lo aseguró ayer la Comisión Europea, que ha decidido aclarar esta cuestión ante el alud de consultas efectuadas por los consumidores y por el Parlamento Europeo.
Para el Ejecutivo comunitario, todos estos obstáculos, además de violar el principio de libre circulación de servicios y mercancías, restringe la libertad de expresión establecida por el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos.
Casi 30 millones de hogares europeos reciben información a través de las antenas parabólicas, un sistema que supone un 'beneficio directo y concreto para los consumidores'. Se calcula que en 2010, unos 52 millones de hogares recibirán canales vía satélite. Según el comisario de Mercado Interior, Frits Bolkestein, muchos de los obstáculos con los que topan los consumidores para acceder a estos servicios transfronterizos están totalmente injustificados. 'No es admisible', dice Bolkestein, 'exigir una autorización previa sistemática o imponer un procedimiento administrativo complejo y costoso para instalar una antena'.