'La fama de Bilbao no viene con las guerras carlistas sino con la ría'

El escritor y periodista Rafael Ossa Echaburu (Ondarroa, 1926) posee un bagaje de conocimientos que reproduce con asombrosa fidelidad. Cuando faltan diez años para que el Consulado de Bilbao celebre el medio milenio, la Cámara de Comercio de la capital vizcaína quiso reconocer el jueves pasado sus méritos como personaje fundamental en la promoción de Bilbao. Incontables artículos periodísticos y una docena de libros, como Riqueza y poder de la ría. 1900-1923; Crónicas desde Bilbao o Euskadi / 80 o Aproximación al entendimiento del problema de España avalan su trayectoria. En su discurso de agradecimiento, Ossa describió a Nicolás de Arriquibar y Mezcorta, uno de los fundadores del Consulado de Bilbao, como 'un personaje de talante liberal y nada jactancioso'. Una definición que bien podría aplicársele al propio Ossa.

Pregunta. En su primera intervención como cónsul refutó la idea de que Bilbao había entrado en la historia con las guerras Carlistas y situó ese comienzo en el comercio a través de la ría.

Respuesta. Tuve el propósito de demostrar que su proyección en Europa, incluso en América, procede de lejos. La fama de Bilbao no viene con las guerras carlistas sino que empieza con la ría misma, con una capacidad de empresa y de iniciativa enormes. Los pescadores y ferrones consiguen enajenarse de Begoña, crear una villa y hacer su propia experiencia vital. En el siglo XV se consigue establecer un Consulado de Bilbao en Brujas y luego el Consulado de Bilbao en 1511, que capacita a la ciudad para establecerse como gran potencia marítima, al estilo de las ciudades Estado y que situó a Bilbao en la vanguardia de Europa.

P. ¿Cómo contempla el momento actual?

R. Tenemos iniciativas importantes. Bilbao ha mejorado mucho y está llamada a más. En la ría ya no hay mástiles, ni fábricas, pero hay otras cosas que van a convertir la ciudad en más ecológica y que le proporcionarán una gran mejora urbanística. Bibao, y todo el País Vasco, ha cobrado una fisonomía de ciudad moderna. Ha experimentado, no diría que un cambio copernicano, pero sí una transformación importantísima en orden a su propia presencia.

P. ¿Es nostálgico?

R. Puedo figurar como nostálgico pero tampoco lo soy del todo porque soy crítico y hago un análisis. La ciudad dinámica ya no existe y se ha producido una especie de tendencia hacia la ciudad de servicios. Pero, a cambio,están las posibilidades turísticas, de explotación de la ría como espectáculo y, sobre todo, el énfasis que se está poniendo en el aspecto cultural. El fenómeno Guggenheim nos ha proyectado en el mundo. Siempre he pensado que Bilbao era una ciudad perfectamente recuperable, incluso turísticamente. Bilbao ha demostrado que la cultura bien llevada puede ser también un capítulo económico importante.

P. Reconoce que su visión es complaciente pero no quiere evitar aludir a lo que sostiene que es 'una obligación moral', el rechazo a la violencia.

R. Claro, porque a pesar del Guggenheim, del Palacio Euskalduna, de esa esbeltez que tiene la ría ahora, subyace en el fondo una amargura tremenda porque ocurren cosas que no nos gustan y acarrean luto y destrucción. Bilbao, Euskadi, se ve inmersa en un gravísimo problema cuya naturaleza y persistencia es imposible comprender utilizando la lógica. Yo tengo el sentido liberal que proclamaba Julio Caro Baroja y para mí no constituye ninguna antinomia el ser vasco y español porque hay tal simbiosis en estos dos conceptos que son inseparables. Como tampoco entiendo España fuera de Europa. Nos están hurtando la paz civil, libre en las ideas, sin adherencias hipotecarias que nos arrastren al precipicio y urge evitarlo mediante el proceder juicioso de todos.

P. Un cónsul suele representar a un país en otro. En su caso ¿qué va a hacer?

R. La idea surgió de la Cámara de Comercio de Bilbao y trata de reivindicar la figura del Consulado de Bilbao, que rigió la ciudad y gran parte de Vizcaya durante tres siglos. No se dedicó única y exclusivamente al comercio; no fue algo puramente crematístico, sino que se se preocupó del desarrollo de Bilbao y de que se convirtiera en una plaza muy importante. Ahora, se trata de dar a conocer todo eso. Me gustaría proyectar la idea del Consulado y de la ciudad en un continuo proceso de actualización porque el mundo que se nos presenta es difícil.