Bienvenido, Mister Gehry
El Ayuntamiento estudia encargarle un proyecto al famoso arquitecto tras su fracasada visita a Málaga
Todo parecido con la película rodada por Luis García Berlanga en 1952, es pura coincidencia. Y, sin embargo, la visita a Málaga de Frank Owen Gehry, uno de los 10 maestros de la arquitectura actual, terminó el lunes pasado con un ridículo tan grande como el que las fuerzas vivas de Villar del Río sufrieron cuando pasaron de largo por su pueblo los haigas de unos americanos que se suponía manejaban los dineros del Plan Marshall. Gehry también pasó de largo: canceló una entrevista con el alcalde y una comida con representantes municipales y otros notables de la ciudad, y adelantó su marcha.
Pero la película malagueña puede tener una segunda parte, con mejor final. El alcalde, Francisco de la Torre, dice que 'está en ello'. De hecho, De la Torre quería plantearle al arquitecto dos ideas, que quizá habría traducido en encargo. Una era el auditorio, que está pensando de nuevo en ubicar en la plataforma del dique de levante, con un añadido: 'Pienso que habría que buscar una armonía entre la estación marítima que hay que hacer allí y el auditorio', apunta De la Torre.
Otra posibilidad es hacer el auditorio en la zona del Bulto, en el lado oeste del río Gudalmedina, junto al mar. El otro proyecto para el dique sería 'un complejo marino, oceanográfico, acuario...'. El alcalde sostiene que se pueden arbitrar fórmulas que eviten el concurso y contratar directamente a Gehry. Más preciso es su concejal de Urbanismo, Manuel Ramos, quien subraya que 'el Ayuntamiento está interesado en hacer un encargo a Gehry'.
Este arquitecto nació en Toronto (Canadá) en 1929. Desde los 15 años vive en California. En 1972 se hizo famoso por el diseño de una colección de muebles de cartón ondulado prensado y lámparas con formas de animales. En 1988 fue galardonado con el premio Pritzker, considerado el Nobel de la arquitectura. Su obra más conocida es el museo Guggenheim de Bilbao, inaugurado en octubre de 1997. Este caballero con fama de cordial y afable se fue de Málaga el lunes echando chiribitas, cuando se dio cuenta de que no había 'ni dinero, ni contrato, ni nada' que ofrecerle, según sus propias palabras tras entrevistarse con la Autoridad Portuaria.
En realidad, Gehry fue invitado en enero por una entidad privada, formada por empresarios y profesionales, la Asociación para el Estudio y el Desarrollo Integral de Málaga (Aesdima), presidida por Enrique Van Dulken. Su objetivo era pedirle una propuesta de estación marítima para el nuevo dique de levante, que se adentra en el mar más de un kilómetro y cuenta con una plataforma de unos 40.000 metros cuadrados. El alcalde se sumó a la invitación y el arquitecto aceptó venir, advirtiendo de que no se presentaba a concursos.
El presidente del Puerto, Enrique Linde, tomó desde el principio la invitación de Aesdima como un gesto inamistoso y advirtió de que ni tenía marco legal ni dinero para contratar a Gehry. Van Dulken y sus socios confiaban, sin embargo, en que 'con diálogo y buena voluntad' su iniciativa tendría éxito. El lunes 25, Gehry hizo un desayuno copioso en el Parador de Gibralfaro, con salchichas y huevos incluidos, y repitió en el bufé. Después mientras contemplaba su plataforma desde la terraza del parador, un miembro de Aesdima le explicó las dificultades administrativas y económicas que tenía su contratación. El artista respondió: 'Yo no soy don Quijote'. Pero tampoco Sancho Panza, porque tras la reunión en el Puerto llegó a afirmar, según Van Dulken, 'que nunca en toda su carrera había tenido una recepción tan fría y hostil'. Linde replica que el recibimiento fue correcto. Pero a estas alturas todos los actores culpan a los demás de alguna responsabilidad: A Aesdima de exceso de protagonismo, al Puerto de falta de entusiamo, al Ayuntamiento de falta de liderazgo. Las gestiones municipales para una segunda oportunidad pueden deshacer el entuerto... Al menos en esta película no ha habido que disfrazarse de andaluces.
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