Alcatel precisa que en un año y medio se deshará de 50 fábricas con 13.500 empleados
La reestructuración afectará a 'poco más de un centenar de personas en España'
El comité de empresa del grupo recibió del presidente, Serge Tchuruk, las noticias que prefería no haber escuchado. Alcatel se propone convertir en filiales 41 fábricas que considera importantes, para facilitar su venta a otros inversores, en las que trabajan 'más de 8.000 personas'. A ello se añaden otras nueve instalaciones de Saft, la filial de fabricación de baterías, que reúnen 5.500 empleados.
La estrategia de seducción del mercado que se atribuye a estas decisiones funcionó ayer bastante bien en la Bolsa de París, donde la cotización de la acción de Alcatel cerró a 24,70 euros, con una ganancia del 3,52%, en una jornada caracterizada por la recuperación de los valores tecnológicos.
Por el contrario, el comité de empresa abandonó muy indignado los locales de la sede parisiense de Alcatel, conscientes de que el patrón había elegido cuidadosamente las fechas -vísperas de las vacaciones de verano- para poner en marcha su proyecto, cuando los sindicatos van a tener dificultades para organizar movilizaciones. Bernard Thibault, secretario general de la CGT, que es la principal organización sindical, habló del 'derecho divino' de que se creen asistidas las direcciones de las empresas.
El impacto de la reestructuración es considerable en Francia, donde Alcatel tiene aún la parte mayor de su empleo, y donde están afectadas al menos media docena de fábricas. A diferencia de lo ocurrido con los cierres de Danone o de Marks & Spencer, el Gobierno francés se ha mantenido esta vez muy prudente. Tan sólo ha salido a la palestra el secretario de Estado de Industria, Christian Pierret, para recomendar a los jefes de las empresas de alta tecnología que no se sometan 'a los cantos de sirena de los fondos de pensiones norteamericanos'.
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