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Francia extradita a EE UU a un reo que mató a un médico abortista

Washington prometió antes que no le condenará a muerte

James Kopp, uno de los 10 hombres más buscados por el FBI, fue arrestado el 29 de marzo pasado en Dinan, una ciudad de Bretaña, al este de Francia, tras ser descubierto al ir a recoger un giro postal. Había huido de Nueva York, donde era reclamado judicialmente como sospechoso de la muerte del doctor Barnett Slepian, al que un francotirador mató en su propia casa en un suburbio de Búfalo en 1998.

Slepian, un médico que practicaba abortos de manera legal en un hospital de Nueva York, pagó con la muerte su actividad. Y, según las leyes estadounidenses, el asesino tendría ahora que pagar con su propia vida el crimen.

Después de tres meses de detención preventiva en Francia, Kopp fue trasladado ayer al Palacio de Justicia de Rennes. A las diez de la mañana (con un retraso de una hora sobre el horario previsto, como consecuencia de los disturbios provocados por una huelga de funcionarios de prisiones), el acusado llegó al tribunal y, ante la pregunta de los informadores allí congregados acerca de cómo se sentía, gritó: 'Lo que deberían de preguntarse es quién mato a Barnett Slepian'. Kopp, militante antiabortista, siempre se ha declarado ajeno a ese asesinato, y ha llegado a decir: 'El diablo sabe que soy inocente'.

El presunto homicida también está reclamado en Estados Unidos como sospechoso de haber atentado contra la vida de otro médico abortista en Canadá (la víctima sufrió graves heridas, pero no murió). Kopp es un hombre de mediana estatura, de cabello oscuro y con gafas. Ahora tiene cinco días para planificar con su abogado si apelará la decisión de extradición. Los expertos opinan que si el abogado Hervé Louzaut-Leboeuf presenta recurso se entrará en una maraña legal de varios meses.

Para el tribunal de Rennes, el fallo no era sencillo. Había que optar entre dejar en libertad al presunto homicida -en caso de no autorizar la extradicion, Kopp tendría que haber sido excarcelado- o permitirla, previo compromiso estadounidense de evitar la condena a muerte.

En la vista de la demanda de extradición, celebrada el pasado día 7, el tribunal llegó a la conclusión de que había indicios graves de asesinato en la solicitud enviada desde Estados Unidos. Y ayer el juez advirtió al hacer pública la sentencia: 'De acuerdo con el artículo séptimo del convenio francoestadounidense, la extradición es válida, pero la pena de muerte no podrá ser expresada, ni requerida, ni aplicada'.

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