El portavoz del PNV reclama al presidente del Gobierno diálogo para acabar con ETA

Anasagasti y Aznar se enfrentaron a cara de perro. Comenzaron pasadas las nueve de la noche y durante más de una hora intercambiaron reproches sobre quién es más intolerante y quién debe de dar un paso para recomponer un diálogo político que permita construir algo similar a Ajuria Enea. Anasagasti reprochó a Aznar que el PP se haya negado sistemáticamente en el Congreso a condenar el franquismo cuando, según dijo, "el único culplable del nacimiento de ETA fue el franquismo". Y Aznar puso en duda la condena que el PNV hace de ETA, "cuando algunos" dirigentes de ese partido "confunden medios y fines" del nacionalismo y del terrorismo.

Aznar condicionó cualquier movimiento del Gobierno y del PP vasco en la dirección de diálogo pedida por Anasagasti a que el PNV y el Ejecutivo que forme Juan José Ibarretxe asuman que "el principal problema del País Vasco es el terror". Aznar añadió que sólo si el Gobierno de Ibarretxe pone en marcha "una política para derrotar a ese problema del terror" será posible un acercamiento. Entretanto, le dijo que el PP vasco es una fuerza minoritaria en Euskadi que aspira a ser mayoritaria, a la que "nadie puede pedir que se desactive". Una fuerza política, subrayó, que defiende que el terrorismo no puede "asociarse a un problema político".

El presidente se enrocó en su posición de "compás de espera" por más que Anasagasti le dijo que "a los demócratas no tiene que asustarles la democracia" o que el PNV tiene "exactamente la misma ideología" que cuando fue socio del PP en el primer Gobierno de José María Aznar, por lo que no entiende que el PP haya "condenado su ideología nacionalista como si llevara el gen de la violencia y el asesinato".

Aznar informó de que antes de hacer ese gesto que le pide el PNV, el Gobierno vasco debe dejar claro que ha dejado también de lado cualquier confusión de "medios y fines". Aquí aprovechó para preguntar si, como defiende EA, socio del PNV en el País Vasco, el objetivo es la soberanía y la autodeterminación.

Anasagasti le respondió con el Estatuto de Autonomía, que, en su disposición adicional, deja abierta una puerta a la autodeterminación. Ya de paso, se cuestionó la convicción con la que Aznar defiende la Constitución. "Para hablar de la Constitución con autoridad moral hay que cumplirla, y usted no ha aceptado que estamos en un Estado plurinacional y plurilingüístico". Según el diputado vasco, Aznar "tolera con desgana esa pluralidad".

El presidente se recreó en unas declaraciones de Anasagasti en las que éste pidió la "desactivación" de organizaciones pacifistas como ¡Basta Ya! e insinuó que estaban financiadas con fondos reservados. De poco sirvió que Anasagasti, sin llegar a disculparse, dijera que esa "desactivación" que pedía era "sólo verbal". Aznar recordó los muertos del PP y del PSOE y dijo que todos los días los políticos de esos dos partidos en Euskadi se juegan la vida. Arrancó un fuerte aplauso, pero sólo de las filas del PP. Anasagasti replicó que entre las 30 víctimas de ETA tras la tregua hay "tres personas del nacionalismo". Algunos diputados del PP hicieron gestos de incredulidad. Anasagasti y Aznar no avanzaron ni un ápice para romper la desconfianza entre ambos.