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DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA NACIÓN

Zapatero advierte de que España se estanca en cohesión social, desarrollo y servicios públicos

El líder del PSOE asegura que nunca desestabilizará al país para desalojar al PP del poder

Anabel Díez

El líder del PSOE se copió a sí mismo y emprendió el comienzo de su discurso con expresiones similares a las que utilizó hace once meses ante su partido cuando competía con otros tres candidatos para la secretaría general. "La primera vez que pude votar, con 18 años, voté la Constitución Española. La primera vez que participé en una campaña política fue defendiendo la Constitución. Lo recuerdo con emoción y comprendan que asuma este debate también con emoción, con alegría y con el orgullo de representar las ideas que siempre ha defendido mi partido". Habló de valores y de la pasión con la que defendía "la libertad, la igualdad y la tolerancia".

Apenas sin leer, y cambiando parte del discurso distribuido, Zapatero estructuró su intervención en cuatro bloques, salpicados con ejemplos y algunas concesiones al humor no bien acogidas en los bancos populares. No pareció inmutarse ante esas expresiones sonoras de desaprobación y procuró contenerlas con la expresión "¡tranquilos, tranquilos!".

'Usted, señor Aznar, dice que nosotros proponemos ocurrencias. Bien, pero luego ocurren'
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La rotura del banco azul en el que se sentaba el ministro de Administraciones Públicas, Jesús Posada, con el consiguiente revuelo y la aparición inmediata de dos ujieres que lo sustituyeron por otro asiento, puso en bandeja a Rodríguez Zapatero la exposición de un deseo lleno de ironía: "Espero que no vayan cayéndose a lo largo del debate todos los bancos de los ministros".

El hilo conductor de su discurso fue el debilitamiento de los vectores socio-económicos y culturales del país. No se atrevió el líder del PSOE a proclamar situaciones catastróficas, con carácter general, sino que vislumbró estancamientos o "pasos de tortuga" en políticas sociales, en igualdad y en cohesión social y territorial y, desde luego, "el abandono de los servicios públicos". "Ahora bien, no encontrará en nosotros a gente dispuesta a perjudicar a la nación, a desestabilizar las instituciones, con tal de sacarlo a usted del Gobierno", le dijo Zapatero a Aznar.

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En la réplica, y como percibió que el presidente del Gobierno aludía a los años de gabinetes socialistas, se adelantó con cierto sarcasmo a que Aznar pudiera hablar del jefe del Ejecutivo anterior. "No tememos hablar del pasado; no se preocupe, si quiere lo digo yo: ¡Váyase, señor González!". Zapatero había almorzado con el ex presidente del Gobierno.

Cohesión social, modernización e innovación, fortaleza como país y valores cívicos y democráticos fueron los bloques en los que Zapatero estructuró los problemas de España y para los que aportó algunas propuestas. Por encima de ellos consideró que los ciudadanos tienen necesidad de "seguridad", de la que ahora carecen. Seguridad en la calle. Y citó el terrible suceso de la localidad madrileña de Pozuelo para criticar al delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Javier Ansuátegui, por recomendar a los ciudadanos que se agencien seguridad privada para protegerse de la delincuencia. "La inmensa mayoría de los ciudadanos no puede pagar seguridad privada", recordó Zapatero en una de las muchas referencias directas a la gente: becarios, profesores, amas de casa, funcionarios, trabajadores, jóvenes con ansia de emanciparse o de ver reguladas sus situaciones como parejas de hecho y homosexuales que no ven garantizados sus derechos...

Algunos de los ejemplos que puso, sobre todo en las réplicas, causaron la hilaridad de los diputados populares. La precariedad laboral es insostenible, según Zapatero. España va a la cola en gasto social, y es en la familia donde se resuelven las situaciones precarias y, fundamentalmente, sobre los hombros de las mujeres. Las becas disminuyen progresivamente, por lo que el distrito único universitario carece de sentido si no hay financiación para trasladarse geográficamente. La innovación tecnológica sufre un parón y ve con preocupación el papel de España país en el mundo. "Hoy España está más aislada que nunca en Europa".

El líder del PSOE pidió al presidente que dialogue con la oposición sobre el proyecto de escudo antimisiles de Estados Unidos, y resaltó que Aznar se ha quedado solo en Europa en su defensa de una reedición de "la guerra de las galaxias". Fue en el contexto de política exterior, y en la réplica, no en la primera intervención, cuando Zapatero aludió a la situación del ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué (afectado por el caso Ercros), con la petición al presidente de que "lo solucione" y con los mejores deseos personales para el ministro por el embrollo judicial en el que está inmerso. Fueron las únicas palabras con las que Zapatero solventó la polémica de muchos días sobre si iba a referirse o no en este debate a la corrupción.

El líder del PSOE defendió con orgullo la firma del Pacto Antiterrorista y del Pacto por la Justicia. Reiteró su mano tendida hacia una política de Estado sobre inmigración después de tachar de "papel mojado en el Estrecho" la nueva Ley de Extranjería. Y no rehuyó la posibilidad de otro pacto: el de la financiación autonómica. Zapatero lo cree posible ya que, ante las primeras propuestas socialistas, el Gobierno reacciona descalificándolas, y eso es casi garantía de que, al final, "las aceptarán". "Usted, señor Aznar, dice que nosotros proponemos ocurrencias. Bien, pero luego ocurren", apostilló.

Rodríguez Zapatero, en la tribuna del Congreso.
Rodríguez Zapatero, en la tribuna del Congreso.RICARDO GUTIÉRREZ

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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