Aznar: 'No pienso cesar a ningún ministro'

Izquierda Unida había anunciado que centraría buena parte de su intervención en los casos Piqué y Matas, y lo hizo. Gaspar Llamazares, el coordinador general de esta fuerza, acusó al Gobierno de estar 'tocado' por la corrupción y pidió a José María Aznar que tuviera 'coraje' y destituyera a los ministros de Asuntos Exteriores y de Medio Ambiente 'como muestra de la voluntad de regeneración de la vida pública'.

Aznar no escurrió el bulto: 'No pienso cesar a ningún ministro. Y todavía tengo legitimidad para cesar y nombrar a los ministros. A lo mejor, algún día la tiene usted, pero de momento la tengo yo', espetó a Llamazares. El jefe del Ejecutivo insistió en que lo único que se puede hacer contra la corrupción es cumplir con la legalidad, y aseguró que eso es lo que está haciendo el Gobierno en este caso. Además, desmintió la acusación del líder de IU: 'Me parece un poco excesivo atribuir a ministros en ejercicio del Gobierno acciones o situaciones que no corresponden a la realidad. No hay ningún ministro ni imputado, ni inculpado, ni mucho menos procesado en este Gobierno. No lo hay', dijo en un tono claramente crispado.

En la dúplica, Aznar utilizó otro argumento y endosó la responsabilidad del caso Ercros a los socialistas. Llamazares había recordado las palabras del presidente del Gobierno, cuando era líder de la oposición, sobre la diferencia entre la responsabilidad política y la judicial. El líder del PP, que sólo se había referido al caso Ercros en una rueda de prensa con el presidente palestino, Yasir Arafat, lanzó una pulla directa contra los socialistas: 'En el caso del ministro de Asuntos Exteriores, hablamos de una asunto del año 1991. Hablar de la responsabilidad política de este Gobierno me parece algo curioso. Primero tendremos que ver las responsabilidades políticas del año 91, luego ya veremos la responsabilidad de nombrar a los ministros'. Hasta ahora, el presidente se había limitado a decir que, si finalmente se produce la imputación de Piqué, 'habrá que ver si tiene fundamento'.

Las acusaciones de Llamazares en este caso habían ido un poco más lejos. El coordinador general de IU aseguró que el Gobierno, 'cuando las cosas se ponen feas, instrumentaliza la justicia en su provecho a través del fiscal general del Estado'. Se refería a los intentos de Jesús Cardenal para que los fiscales no recomendaran la imputación de Piqué en el caso Ercros. Aznar no respondió a esta acusación, a pesar de que Llamazares repitió el argumento, aún con más dureza, durante su réplica. Tampoco entró el presidente a debatir otra de las pullas más duras que le había dirigido el líder de la coalición: que Aznar nombró a Piqué y a Matas cuando ya estaban implicados en los procesos que ahora están en los tribunales. Se limitó a argumentar que esas responsabilidades sólo se dilucidarán después de aclarar lo que pasó en 1991, cuando gobernaba Felipe González.

En cualquier caso, el tenso debate que protagonizaron Aznar y Llamazares demostró que el caso que más preocupa al Gobierno ahora mismo es el del ministro de Asuntos Exteriores, puesto que, cuando trató de desbaratar los argumentos del líder de IU, el jefe del Ejecutivo no llegó a aludir en ningún momento al responsable de Medio Ambiente, implicado en una supuesta compra de votos de emigrantes en la isla de Formentera en las elecciones autonómicas de 1999.