'Lo mejor de sus familias'

A nadie en la localidad cordobesa de Lucena parece extrañarle que Jesús Miguel Quirós Ruiz, de 26 años, mantuviera una relación de pareja desde hace dos con una menor, M. E. G., que cumplirá 15 años el próximo 8 de agosto.

Sólo su madre lamenta ahora, cuando quizás sea tarde, que la adolescente dejara el hogar familiar contra el criterio de sus padres para irse a vivir con Jesús Miguel y los dos hijos que éste tiene, de 7 y 4 años, de un matrimonio anterior. La relación se había iniciado un año antes, cuando la menor, con 12 años, empezó a cuidar a los hijos del que luego sería su pareja sentimental. 'Nosotros le decíamos que no, pero yo sabía que iba a marcharse', dice entre sollozos María San Pedro G. G.

Nadie podía esperarse que esta inusual relación acabara como acabó el pasado domingo, cuando, supuestamente, Jesús Miguel Quirós Ruiz agredió a su pareja con un cuchillo de cocina de 25 centímetros de largo y 5 de ancho en la hoja. La menor seguía ayer en coma profundo en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Reina Sofía de Córdoba, donde ingresó en la madrugada del lunes con traumatismo craneoencefálico grave, contusiones en la cabeza y varias puñaladas repartidas por el cuerpo. Quirós Ruiz también sigue ingresado en la Unidad Penitenciaria del Hospital General de Córdoba, donde es atendido de las heridas que sufrió tras el forcejeo con la víctima en una de sus manos, de la que tiene cortados los tendones.

La menor 'adoraba a Jesús Miguel', aseguraba ayer la madre. Una de sus vecinas confirma la teoría de María San Pedro: 'Nos queremos y vivimos juntos', daban ellos como toda explicación en el barrio. Ni la delegación municipal de la mujer, ni la Policía Local ni el Cuerpo Nacional de Policía recibieron en los dos años de convivencia de la pareja noticias de discusiones, peleas o malos tratos.

¿Qué explica entonces que una relación aparentemente pacífica, pese a sus peculiaridades, acabara en un baño de sangre? La Policía Local, que fue la que intervino en el momento de la agresión, apunta a los celos, fundados o no, de Jesús Miguel Quirós Ruiz. 'Ya la he matado. Ya no va a hacerle más daño a mis hijos ni a gastarse mi dinero con otro', dicen que gritaba el supuesto agresor, escayolista de profesión y sin antecedentes policiales, cuando fue detenido sin ofrecer resistencia.

El trágico suceso ocurrió a las 23.00 del pasado domingo en la casa de una sola planta en la que convivía la pareja, en el número 4 de la calle Antonio Machado, una zona de viviendas humildes. Allí estaban también los dos hijos de Quirós Ruiz que, según familiares de la adolescente, 'la querían como a una madre'. Una hermana del supuesto agresor se llevó a su domicilio en la provincia de Málaga a los dos niños la misma noche del domingo.

Una tía de la víctima oyó voces desde su domicilio, cercano al de la pareja, y avisó a la madre de la menor. Cuando ésta llegó a la casa, según su propio relato, la puerta estaba cerrada y Quirós Ruiz se negó a abrir. Un hermano de la adolescente, de 12 años, saltó la tapia, entró en la casa y fue amenazado con el cuchillo por el supuesto agresor. Cuando la madre, ayudada por un vecino, consiguió entrar en la casa, encontró a su hija, ensangrentada, en el cuarto de baño. Los críos de Quirós Ruiz permanecían abrazados a ella.

María San Pedro G. G. asegura que el supuesto agresor de su hija estaba completamente fuera de sí la noche de los hechos, lo que le hace sospechar que hubiera consumido estupefacientes, ya que su comportamiento habitual con la chica nunca había sido agresivo. 'Éste, cuando se de cuenta de lo que ha hecho, se ahorca en la cárcel', aseguró ayer la madre.

'Lo matarán'

'Lo matarán; en el hospital, en la cárcel o en la calle, pero lo matarán. Tiene las horas contadas. La familia de ella ya fue a buscarlo el domingo por la noche al hospital de Cabra', afirmaba ayer Carmen García, delegada de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Lucena, acerca del futuro de Jesús Miguel Ruiz Quirós tras lo ocurrido.

García, que también es delegada del Área de la Mujer, asegura que ambos pertenecen a dos de las familias más conflictivas del pueblo. 'Todos los fines de semana pasa algún familiar de ellos por los calabozos de la Policía Local', por motivos relacionados en ocasiones con la droga. La abuela de la menor, conocida como La Aurorilla, está pendiente de una sentencia de la Audiencia de Córdoba por tráfico de estupefacientes.

La delegada de Seguridad Ciudadana asegura, sin embargo, que tanto Quirós Ruiz como su pareja son 'lo mejor de sus familias'.