Los casos de anorexia copan la unidad de psiquiatría del Niño Jesús

La atención psiquiátrica infantil pública ha pasado en los últimos meses de no tener unidades hospitalarias específicas en la región a contar con 34 camas en los hospitales del Niño Jesús y Gregorio Marañón. Este último, dependiente de la Comunidad, abrió el pasado mes de noviembre su unidad de psiquiatría infantil, con 20 camas. Ambos centros atienden a adolescentes de 12 a 17 años, pero el Niño Jesús también ingresa a menores de 12 años.

En ese tiempo, el número de ingresos en el Niño Jesús ha superado los 130, según ha informado el director gerente del centro, Jorge Gómez Zamora. De ellos, 95 se deben a trastornos de la alimentación, según el jefe de psiquiatría, Gonzalo Morandé. La anorexia, seguida de la bulimia, es la causa que más número de ingresos provoca. Las otras enfermedades atendidas son la psicosis bipolar y los trastornos neuróticos, de la conducta y de nivel de consciencia. Los responsables del hospital, sin embargo, no han querido fijar cuántos casos se han dado de cada afección.

La creación de la nueva unidad 'permite que los niños sean tratados en el ambiente adecuado, al poder contar con un espacio exclusivamente dedicado a trastornos psiquiátricos', explicó el director médico del hospital, Juan García Aroca.

Las 14 camas de la unidad están repartidas en 11 habitaciones, tres dobles y ocho individuales. Seis de éstas están acondicionadas para el ingreso de niños en régimen de aislamiento, con el objetivo de evitar que los niños se autolesionen. Por ello, las tomas de oxígeno y otros aparatos se han instalado en pequeños armarios metálicos empotrados en la pared. La unidad también está equipada con cristales y cierres de seguridad y construida con una arquitectura funcional.

Los responsables del hospital han querido combinar la seguridad con 'un ambiente agradable y con calor humano, con las paredes pintadas de colores claros y ventanas grandes', según Gómez Zamora, que dan a un jardín cuyo acceso se encuentra en un amplio pasillo acristalado.

Además de las 14 camas de la unidad, el hospital del Niño Jesús también atiende a 10 personas en hospitalización domiciliaria. Estos pacientes, según Morandé, son en su mayoria adolescentes que han sufrido un primer brote anoréxico, aunque sin riesgo inmediato para su vida.

El segundo nivel de tratamiento es el hospital de día, con capacidad para otros 12 adolescentes. En este caso, los pacientes acuden a la escuela por la mañana y van al hospital por la tarde para comer, merendar y cenar. Unos 150 jóvenes más siguen el tratamiento ambulatorio.

Uno de cada 22 adolescentes La incidencia de los trastornos de la alimentación en los adolescentes madrileños se acerca ya al 4,5% de la población, lo que supone que uno de cada 22 adolescentes sufre anorexia o bulimia, según Morandé. Casi una quinta parte de los adolescentes presenta también algún tipo de conducta de riesgo (como seguir dieta en la edad de crecimiento o un excesivo culto por la imagen).

Las edades de mayor incidencia, añade Morandé, se concentran en periodos de cambios en la vida de los adolescentes: 'Hay dos picos de incidencia. Uno entre los 12 y los 14 años, con los cambios corporales de la adolescencia, y el segundo hacia los 16 años, que coincide con el final de la educación obligatoria'.

El porcentaje de adolescentes anoréxicos que superan con éxito el tratamiento alcanza el 65%, un porcentaje mayor que en edad adulta. El 35% restante, explica Morandé, acaba por presentar un cuadro crónico de recaídas o finalmente muere.