Un prisionero de lujo

Desde el pasado 1 de abril el ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic se encuentra encarcelado en la prisión central de Belgrado, en un ala que fue desalojada completamente para acoger al ex mandatario y que es conocida por los belgradenses como 'el Hyatt' en referencia a un lujoso hotel de la capital yugoslava. Oficialmente está allí acusado de malversación de fondos y de abuso de poder, aunque desde febrero los fiscales yugoslavos buscan sin descanso pruebas que le impliquen directamente en varios asesinatos políticos y en crímenes durante la represión de Kosovo.

El Tribunal Penal Internacional para los crímenes en la antigua Yugoslavia, con la fiscal Carla del Ponte a la cabeza, le acusa de crímenes contra la humanidad citando directamente la deportación de 740.000 albanokosovares y el asesinato de 340 albaneses que han sido identificados. Aunque el TPI sólo le acusa de crímenes en Kosovo, otras organizaciones internacionales le señalan como el directo responsable de todas las guerras étnicas acaecidas en la ex Yugoslavia.

La detención del ex dictador se produjo tras varias semanas de asedio policial a su lujosa residencia, que permanecía rodeada de simpatizantes dispuestos a impedir por la fuerza que los agentes se llevasen al líder del Partido Socialista de Serbia (SPS). En la noche del viernes 30 de marzo se produjo el episodio más rocambolesco, y tenso, del pulso entre Milosevic y el Gobierno reformista yugoslavo cuando varios policías de élite asaltaron la vivienda y momentos después tres vehículos policiales abandonaron la residencia con dirección al Palacio de Justicia. Falsa alarma. Milosevic permanecía en su casa y, según versiones, bajo los efectos de las anfetaminas y el alcohol. La detención se consumó al día siguiente y el ex presidente yugoslavo fue sacado de la rabia mientras su hija Mirjana dispara desde un balcón para dar rienda suelta a su rabia. Sus partidarios aseguran que las condiciones de la prisión son 'inhumanas'.