Maeso realiza una prueba caligráfica ante el juez que investiga la hepatitis C

El anestesista Juan Maeso se presentó ayer en el juzgado de Instrucción número cinco de Valencia, citado por el juez José Manuel Ortega. Pasadas las 10.30, con gafas de sol y ropa deportiva, el único imputado por el contagio masivo del virus de la hepatitis C a 268 pacientes de cuatro centros sanitarios de Valencia, hizo su entrada en la oficina judicial acompañado de su abogado, Francisco Davó. Maeso rellenó de su puño y letra dos folios atendiendo a las indicaciones que le realizó un agente de la policía judicial. Esa pericial grafológica, o examen de su tipo de escritura, servirá para determinar si el texto y las firmas de algunos expedientes de afectados -entre 25 y 30- cuya autoría ha negado Maeso son o no del anestesista. Mayúsculas, minúsculas, despacio y a buen ritmo, Maeso cumplió con la exigencia judicial en casi dos horas. Grafólogos de la policía examinarán minuciosamente trazos e intensidad en la escritura del médico y la compararán con el resultado de un examen paralelo a los documentos originales.

El resultado que se obtenga de la prueba tiene distinto valor para cada una de las partes. La defensa considera que la coincidencia grafológica no probaría que efectivamente en el caso concreto fuera Maeso el anestesista que intervino en quirófano dado el intercambio de guardia que se practica entre dichos profesionales. Y sin embargo, la no coincidencia sí dejaría claro que Maeso no participó en la anestesia del paciente en cuestión. Las acusaciones otorgan un valor muy relativo al resultado de la pericial porque la prueba que para ellas es inculpatoria no es documental sino científica y se fundamenta en el análisis genético del virus que determinó en su día que tanto el de los afectados como el del médico eran idénticos.