La caída del consumo y la inversión frenan al 3,4% el crecimiento económico
Folgado, contra las cláusulas de revisión salarial
Los datos de crecimiento de la economía española en el primer trimestre, publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), reflejan que la alegría consumista de los dos últimos años se apaga y que en las empresas se ha impuesto la cautela. Es también el tercer trimestre consecutivo en que la actividad económica en su conjunto se desacelera y es la cuarta caída continuada en el ritmo de creación de empleo.
El 3,4% de crecimiento en el primer trimestre del año con respecto al mismo periodo de 2000 se sitúa aún en un nivel alto en comparación con las tendencias que marcan los demás países de la UE. Pero España se lleva la palma del mal que a todos atenaza, la inflación. La caída que se ha producido en la demanda interna española no ha impedido que los precios hayan superado el 4%.
En el consumo, la desaceleración es brusca y constante desde hace un año. Ahora el consumo de los hogares crece a un ritmo del 2,3%, medio punto menos que a finales del pasado año y menos de la mitad que en el primer trimestre de 2000 (5%). Según el INE, la desaceleración en el empleo y en los salarios, junto a los 'menores y volátiles' rendimientos mobiliarios (Bolsa, fondos de inversión, intereses de cuentas) explican ese retraimiento.
En la inversión, la desaceleración es todavía más brusca, ya que ha sufrido un recorte de siete décimas (del 3,9% al 3,2%) en su ritmo de crecimiento, que también es ahora menos de la mitad que hace un año (7,5%). Esta desaceleración es más aguda en el caso de la inversión en bienes de equipo (caída del 0,8%), lo que refleja la parálisis de nuevos proyectos que se ha podido producir a comienzos de año.
La construcción mantiene un alto ritmo de crecimiento (5,8%), aunque algo más moderado que en el trimestre anterior (6,1%). Mientras la inversión residencial 'muestra una trayectoria bastante desacelerada', según Estadística, las obras en infraestructuras 'presentan una evolución expansiva'.
En conjunto, la demanda interna (consumo e inversión) aporta 2,7 puntos al crecimiento del primer trimestre, frente a 3 puntos en los tres últimos meses de 2000. El sector exterior, en cambio, mantiene en seis décimas su contribución, gracias a que las exportaciones crecen un elevado 10,7% (aunque se desaceleran las exportaciones a los países de la UE). Las importaciones reflejan la caída de la actividad y reducen su crecimiento al 8%.
Esta forma de crecer debería ayudar al control de la inflación, lo que no es el caso, pero plantea riesgos. A medida que la situación económica empeore -sobre todo en el resto de Europa hacia donde se dirigen más del 60% de las ventas españolas-, las exportaciones tendrán más dificultades y el crecimiento puede resultar dañado. La previsión del Gobierno para el crecimiento económico medio del año es el 3,2%, luego el margen es pequeño.
'Un auténtico peligro'
La consecuencia más directa de esta desaceleración es que el empleo ha reducido su crecimiento al 2,7%, tres décimas menos que a finales del pasado año y por debajo del 3,4% de 12 meses antes. De ello se deriva una pérdida de medio punto en la masa salarial (del 7,7% al 7,2%), lo que coincide con una inflación disparada. En esta situación, el secretario de Estado de Economía, José Folgado, arremetió ayer contra las cláusulas de revisión salarial, que calificó de 'elemento de rigidez nocivo para el sistema económico' y 'un auténtico peligro'. El gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, ha pedido su supresión.
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