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El municipio subvencionará ventanas aislantes en parte de la zona de Huertas

Antonio Jiménez Barca

El trámite que aún debe pasar el documento es la autorización, por parte de la Comunidad de Madrid, de la catalogación de calles atendiendo al ruido que soportan. 'El plan anti-rruido está ahora en manos de la Consejería de Medio Ambiente, que ha pedido unas modificaciones pequeñas que ya está atendiendo el Ayuntamiento', explicó ayer un técnico municipal.

La catalogación de las calles del distrito acarreará medidas específicas para cada una de las ellas. Por ejemplo, un tramo de la calle de Huertas, o la calle de Campoamor, la de Pelayo o los alrededores de la plaza del Dos de Mayo, en Malasaña, entre otras, estarán catalogadas como calles 'saturadas de nivel 1'. Esto significará varias cosas: en primer lugar, que el Ayuntamiento subvencionará 'una parte sustancial' del aislamiento de fachadas. De este modo, los vecinos podrán instalar dobles ventanas. 'El propietario de la casa deberá pagar sólo una mínima parte de lo que coste colocar la ventana', asegura el citado técnico. En estas calles, a partir de la aprobación del plan, quedará prohibido tajantemente instalar nuevos locales de ocio. 'Ni siquiera un restaurante', aclara el empleado.

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Más vigilancia policial Además de estas medidas, el municipio también promete intensificar la vigilancia policial en esas calles y moderar de alguna forma el estruendo del tráfico con reformas urbanísticas. En la calle de Huertas, precisamente, el concejal de Tráfico, Sigfrido Herráez, del PP, presentó hace 10 días una rehabilitación urbanística encaminada a impedir el paso de los coches. Los vecinos protestaron porque se temían que, sin coches, la calle de Huertas acabara convirtiéndose en una 'terraza permanente'.

'Eso es imposible', señala el técnico municipal, 'porque en cuanto se apruebe el plan [en julio o septiembre, dependiendo de la rapidez en cumplimentar el trámite administrativo que aún falta] quedará completamente prohibido instalar nuevos bares o cafeterías o restaurantes en esa calle'. Lo que el nuevo plan no puede impedir es que un bar de copas ya existente traspase el negocio (y la licencia) a otro propietario.

En febrero del año pasado, la concejal Cristina Narbona, portavoz adjunta del PSOE en el Ayuntamiento, ya denunció el retraso con el que se estaba tramitando el conjunto de medidas antirruido para los vecinos de Centro. 'Al PP sólo le interesa el problema de la contaminación acústica para elaborar planes que luego no se cumplen', lamentó Narbona entonces. La concejal del PSOE puso el ejemplo de París, donde ya se ha subvencionado el aislamiento de casas en zonas ruidosas.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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