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El nivel de gasto corriente del Ayuntamiento de Málaga es el cuarto de España

La cifra creció un 42% entre 1996 y 2001

La política de austeridad que tanto preconizó Celia Villalobos cuando en 1995 se hizo con la alcaldía de Málaga no ha dado resultados positivos. Más bien al contrario. Desde que el Partido Popular se hizo con el gobierno municipal malagueño, el gasto corriente no ha cesado de crecer (un 42% entre 1996 y 2001) y es, con 110.569 pesetas por habitante, el cuarto mayor de los ayuntamientos españoles.

Sólo va por detrás de ciudades con una dimensión mucho mayor, Barcelona, Madrid y Valencia, si bien éstas mantienen una proporción más equilibrada entre el gasto ordinario y las inversiones, capítulo éste en el que Málaga ocupa el séptimo lugar. El alcalde actual Fransico de la Torres heredó esta situación cuando hace un año su antecesora dejó el puesto para ocupar el Ministerio de Sanida.

Uno de los argumentos más reiterativos que Villalobos usó en la campaña de 1995 fue la crítica al despilfarro de su antecesor, el socialista Pedro Aparicio. La austeridad y la reducción en el gasto corriente fueron uno de los pilares del programa que expuso en su discurso de investidura. Pero los datos muestran que estos gastos no han cesado de crecer.

En 1996, primer ejercicio en el que el PP hizo los presupuestos municipales malagueños, esos gastos ascendieron a 41.032 millones de pesetas, con una media de 77.068 pesetas por habitante. Seis años después, este capítulo sobrepasa los 58.000 millones, a razón de 110.569 pesetas por habitante. Aun ponderando esta progresión con la evolución que la inflación ha tenido en estos años, el incremento sigue siendo considerable, un 24%. Según la memoria de los presupuestos municipales del Ministerio de Administraciones Públicas correspondiente a 1999, el gasto corriente del Ayuntamiento de Málaga, que en ese ejercicio fue de 80.420 pesetas por habitante, superaba a los de ciudades similares como Zaragoza (78.533 pesetas) o Sevilla (71.200 pesetas) y era netamente superior al de A Coruña (59.585 pesetas) o Valladolid (58.314 pesetas).

Inversiones y transferencias

El contraste es aún mayor si se tiene en cuenta el gasto en inversiones de estos ayuntamientos. Mientras que en Málaga las inversiones reales y las transferencias corrientes apenas sumaron 15.441 pesetas por habitante en 1999, en Zaragoza se sobrepasaron las 26.000, en Valladolid, las 41.000 y en A Coruña, las 20.000. Sólo Sevilla se situó por debajo de Málaga.

'La gestión del PP en Málaga se da de bruces con lo que plantea en sus programas o incluso con lo que hace en otras ciudades donde gobierna', sostiene el catedrático de Hacienda Pública y concejal socialista José Sánchez Maldonado. En opinión de este edil, que acaba de realizar un estudio de la política presupuestaria en los últimos seis años, el problema no es tanto que el volumen del gasto corriente sea importante, sino que existe un 'gran desequilibrio en la estructura del gasto'.

Así, considera que la situación financiera del Ayuntamiento de Málaga es muy delicada y que éste puede pasar apuros si se produce una recesión en la economía porque 'el intenso esfuerzo fiscal realizado por los ciudadanos no se ha traducido en mejoras estructurales en la ciudad, sino que han sufragado los gastos ordinarios del Ayuntamiento, mientras que las inversiones se han sufragado con venta de patrimonio municipal, 22.000 millones en estos seis años'.

Sánchez Maldonado lamenta además que el PP 'ha hipotecado el futuro' con un plan de refinanciación de la deuda para diferir su pago en 25 años. A pesar de todo ello, la deuda municipal se ha incrementado en 5.000 millones adicionales desde 1995. La presión fiscal que soportan los malagueños ha crecido un 40,8% desde 1995, pasando de 51.906 pesetas per cápita a 73.101.

Según la oposición, el elemento principal que explica el incremento del gasto corriente es el capítulo de personal. Villalobos intentó ganarse en 1998 la paz laboral con la introducción de mejoras en el convenio que supuso aumentar el capítulo de nóminas en un 33% en sólo un año.

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