Las ceremonias de García Rodero y George Rodger

Cristina García Rodero presenta un centenar de fotografías sobre los rituales en Haití en la sala Julio González del Ministerio de Educación y Cultura, de Madrid (antiguo MEAC, Ciudad Universitaria). Una parte de la serie, con 17 obras, figura en la actual Bienal de Venecia. 'Fotografío lo que me emociona, lo que me da un golpe al corazón, lo que me cautiva', declaró ayer la fotógrafa, que ha recogido ritos sociales y religiosos de numeros países.

La exposición y el libro Rituales en Haití (TF Editores), con prólogo de Christian Caujolle y texto de Laënnec Hurbon, se realizan en varios viajes de los últimos cuatro años. 'Haití es un país de creatividad, donde el vudú inspira la vida, la música y la literatura'. García Rodero buscaba material para un proyecto amplio sobre el cuerpo y el espíritu, y se encontró con la expresión religiosa y la libertad del cuerpo en trance.

'Las manifestaciones religiosas más conocidas son las grandes peregrinaciones, donde acude la gente para expresar sus necesidades y preocupaciones'. El montaje de las fotografías se centra en la ceremonia del barro sagrado, con el culto a Santiago el Mayor y al dios de la guerra, y de la cascada, donde se bañan y se limpian con yerbas y aceites.

La cámara de García Rodero entra 'con el máximo respeto a un pueblo que vive con unas necesidades tremendas y se ha deformado su cultura' en las ceremonias y fiestas, con danzas y trances, sacrificios de bueyes y gallos. 'Busco lo que perdura a lo largo de los siglos, y el vudú ha dado consistencia a los haitianos como pueblo'.

Respeto

Dentro del programa de PhotoEspaña 2001, el trabajo de García Rodero coincide con la exposición El pueblo de los nubas, de George Rodger (1908-1995), en el Museo Nacional de Antropología, de Madrid (Alfonso XII, 68). 'Rodger es el respeto absoluto a lo que fotografía con gran objetividad. Yo tengo un punto de vista apasionado'.

A pesar de las obras de rehabilitación, con andamios, para evitar las filtraciones de la claraboya, el museo sigue abierto y presenta por primera vez 38 imágenes difundidas en libro a partir de 1955 y que forman parte de la historia contemporánea. Entre ellas figura el retrato del campeón de lucha Korongo a hombros de un adversario vencido.

Las ceremonias y los combates, las casas de los poblados, jóvenes bailarinas con abalorios y cintas expresan un mundo de valores universales y humanistas que George Rodger buscaba en las poblaciones aborígenes de África, en oposición a las guerras y violencias que había presenciado el reportero de Magnum.