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Nuevas acusaciones de que Londres usó minusválidos como cobayas en pruebas nucleares

Isabel Ferrer

Dos grupos de minusválidos británicos habrían sido trasladados al sur de Australia en los años cincuenta para ser utilizados como cobayas en las pruebas nucleares efectuadas allí por el Reino Unido, que explosionó hasta 12 bombas atómicas. Según un piloto que transportó a los viajeros, éstos nunca fueron repatriados y se presume que fallecieron tras haber sido expuestos a la radiación. Una investigación oficial australiana descartó en 1985 la posibilidad de que algo así hubiera ocurrido. Según el rotativo The Independent, sin embargo, el relato del aviador fue recogido por Robert Jackson, director del Centro para la Investigación de las Minusvalías de la universidad australiana de Edith Cowan.

Las explosiones nucleares ocurrieron en Maralinga, una zona desértica al sur de Australia y fueron presenciadas, esta vez a prudente distancia, por miembros de la Asociación Atómica Australiana. Terry Toon, presidente del grupo que reúne ahora a los jubilados de dicho organismo, ha asegurado que el personal recibió órdenes estrictas de no acercarse a un edificio cercano al aeropuerto de Maralinga. El edificio estaba rodeado por una valla y custodiado por la policía federal. 'Uno de los mecánicos que reparaba el sistema de refrigeración dijo que había oído voces y ruidos los primeros días. Después de la segunda explosión atómica reinó el silencio más absoluto'.

Robert Jackson ha apuntado, que la escasa atención prestada en los años cincuenta a los enfermos mentales podría haber contribuido a su 'uso como conejos de indias en este tipo de experimentos'.

Sus declaraciones coinciden con la admisión, por parte de la Agencia Australiana de Protección Radiactiva y Seguridad Nuclear, del uso de cuerpos de bebés nacidos muertos en los estudios sobre el efecto de las radiaciones. Además, documentos secretos hechos públicos en EE UU, ya revelaron en 1994 un programa de experimentos dirigidos por la CIA que incluían escolares retrasados mentales y embarazadas. Los primeros tomaron, sin saberlo, leche radiactiva con sus cereales de desayuno. Las mujeres fueron expuestas a sesiones de rayos X entre 1953 y 1967.

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