Baleares, Cataluña y Valencia sacan a relucir sus diferencias sobre financiación
Los consejeros de Hacienda de los gobiernos de Baleares, Cataluña y Comunidad Valenciana, Joan Mesquida (PSOE), Francesc Homs (CIU) y Vicente Rambla (PP), respectivamente, evidenciaron sus discrepancias estratégicas y de contenido de cara a la negociación del nuevo sistema de financiación autonómica para el quinquenio 2002-2006, a lo largo de un encuentro celebrado ayer en Mallorca.
Los socialistas de Baleares reivindicaron antes que el método de financiación el cuánto se repartirá y una ponderación del peso de la población real. Los nacionalistas de Cataluña acentuaron su opción para definir un marco estable de participación en la distribución de los impuestos, para que no sólo el Estado acumule futuros beneficios. A su vez, los populares de la Comunidad Valenciana destacaron que la cesta de impuestos que el Gobierno Aznar pone sobre la mesa para la nueva negociación ya recoge el incremento poblacional y de recaudación de los tributos.
Rambla se aferró al modelo oficial y añadió que la cesión de un tramo del IVA y de otros cinco tributos especiales, entre ellos los de matriculación y tabaco, reflejarán de manera adecuada la evolución socioeconómica y el consumo de cada autonomía.
Los consejeros de Cataluña, Baleares y Comunidad Valenciana reclamaron capacidad de control normativa y gestión en los tributos cedidos, influencia en la Agencia Tributaria y buena cooperación de ésta con las comunidades autónomas.
Pirámide de edad
El catalán Homs introdujo un severo matiz en la ponderación de las variables de población cuando comentó que se debe tener en cuenta la pirámide de edad de cada comunidad. Según el consejero de Hacienda catalán, el 90% del gasto público que generan los mayores se concentra en sus dos últimos años de existencia.
El balear Mesquida subrayó el impacto de la población flotante que reciben servicios en comunidades turísticas, un problema que se acentúa por el número de inmigrantes.
La Comunidad Valenciana comparte el mismo problema en materia de población flotante, pero Rambla evitó polemizar al respecto y dejó de participar en un posterior almuerzo y coloquio porque debía desplazarse a Madrid.
Mano a mano, el nacionalista Homs invitó al socialista Mesquida a sumarse al acuerdo que CiU quiere alcanzar con el Gobierno del PP para 'reencontrar el espíritu constitucional', en una negociación ajena 'al juego sucio'.
'Debemos beneficiarnos del crecimiento del futuro', reseñó el consejero de CiU, quien reclamó que el 'nuevo marco general no sea definitivo', en un horizonte de una mayor 'solidaridad' general para todas las comunidades, que podrían asumir todas las competencias posibles, incluida la más cara, la Sanidad.
