El PSOE acusa a Aznar de 'bonapartismo' y de despreciar cualquier debate
El presidente improvisó su discurso sobre Europa
El PSOE calificó ayer de 'bonapartista' la descalificación que José María Aznar, presidente del Gobierno, hizo el jueves de la propuesta socialista sobre el futuro de Europa en la presentación de un consejo de notables diseñado para animar el debate sobre el futuro de la UE, y aseguró que el presidente desprecia cualquier debate. Manuel Marín, diputado del PSOE, se enfundó en su experiencia de 14 años en Bruselas para asegurar que las descalificaciones de Aznar fueron, en primer lugar, una 'falta de respeto' a este consejo, que presidirá Álvaro Rodríguez Bereijo. Fueron también 'una demostración de la actitud arrogante, desabrida y desdeñosa' de Aznar.
En el Ministerio de Asuntos Exteriores se comentó ayer que el texto del discurso preparado para el presidente tenía un tono muy distinto y probablemente más adecuado al carácter institucional del acto en el que iba a ser pronunciado. Aznar tiende últimamente a elaborar personalmente unas notas de urgencia y precindir de los textos que los colaboradores le ofrecen para sus intervenciones.
'No se puede iniciar un debate con el mensaje de que aquí sólo se debate cuando yo digo y cuando yo quiero; que aquí el único que opina soy yo, y que lo demás son memeces, ocurrencias o tonterías', le espetó Marín a Aznar, después de decir que hablaba en nombre del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero.
Marín defendió, a cambio, que en el debate del futuro de la UE participen todos los partidos, las organizaciones sociales, los sindicatos, la patronal, la Universidad, los institutos especializados. Añadió que el PSOE, como todos los partidos, recibió la invitación de participar en el debate directamente del Parlamento Europeo y de la presidencia de turno de la Unión.
El desdén con el que el presidente se refirió a la propuesta socialista es, según Marín, una buena muestra de por qué España tiene últimamente tantas dificultades para sacar adelante sus posiciones en la Unión Europea. Allí, dijo, las posiciones se defienden dentro de un todo. Así, recordó, Berlín dice que no quiere pagar más mientras expone su modelo europeo, o Londres se compromete a hacer un referéndum del euro mientras rechaza el 'superestado' europeo. Lo que no se puede hacer en política internacional, salvo que uno sea EE UU, concluyó Marín, es decir esto es lo que quiero y de aquí no me muevo.
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