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El regente de Nepal dice que la familia real murió al dispararse accidentalmente un arma automática

¿Un príncipe enajenado por amor? ¿Un arma semiautomática que se disparó sola? Ésas eran ayer las explicaciones, a cual más extravagante, de la matanza de la familia real nepalí el viernes pasado, en la que perdieron la vida el rey Birendra, la reina Aishwarya y otros seis familiares.

Una gran multitud de nepalíes, conmocionados por la tragedia y con lágrimas en los ojos, hicieron cola ayer ante el palacio real de Katmandú para dar su último adiós a los populares monarcas. Otros adornaron con flores retratos gigantes del rey y la reina, y los colocaron en los cruces de las calles principales de la capital, mientras los barberos hacían su agosto afeitando las cabezas de los hombres nepalíes, que cumplían así con la tradición de luto de la religión hindú. Aunque las calles de Katmandú estaban en calma, se produjeron algunas manifestaciones contra las explicaciones oficiales de la matanza, atribuida en un principio al príncipe heredero, Dipendra, y después a un arma automática que se disparó accidentalmente.

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'Según la información que hemos recibido [los reyes] resultaron heridos cuando un arma automática explotó repentinamente', anunció la radio estatal. Un experto en balística de Nueva Delhi declaró, sin embargo, que es imposible que esto ocurriera. 'Un arma automática no puede dispararse sola. Alguien tiene que apretar el gatillo. Después sí puede seguir disparando automáticamente', declaró un coronel del Ejército indio que pidió el anonimato.

El anuncio emitido por radio sustituyó a la explicación oficial anterior, que sostenía que el príncipe heredero mató a sus padres y luego intentó suicidarse a causa, según algunos medios de comunicación nepalíes, de las desavenencias que mantenía con ellos sobre su elección de novia. El príncipe, de 29 años, nombrado rey el pasado sábado por el Consejo de Estado de Nepal, permanecía ayer en estado crítico, según la radio nepalí. Su tío, el príncipe Gyandendra, designado regente, también difundió un comunicado en el que sugería que la matanza ocurrió cuando un arma automática se disparó por accidente. Gyandendra se encontraba fuera de Katmandú cuando ocurrió la tragedia.

Unas 200 personas se manifestaron ayer en la capital nepalí para exigir la ejecución de los asesinos del rey y protestar por las versiones oficiales de lo sucedido. 'Está claro que aquí hay una conspiración. ¿Cómo puede alguien que va a ser rey cometer un acto de esa naturaleza? No es creíble; nadie nos está diciendo la verdad', declaró uno de los manifestantes llamado Chand. 'No se nos permite el acceso al hospital y nadie de palacio habla. No hay un anuncio oficial creíble. El pueblo nepalí está muy confuso', dijo Mahinder Dhapa, otro participante en la marcha. Altos cargos del Gobierno reconocieron que no sabían realmente lo que ocurrió en palacio el viernes por la noche.

Los cuerpos del príncipe Niranjan, a la izquierda, y de la reina Aishwarya, preparados para la ceremonia de cremación en el río Bagmati, el sábado en Katmandú.
Los cuerpos del príncipe Niranjan, a la izquierda, y de la reina Aishwarya, preparados para la ceremonia de cremación en el río Bagmati, el sábado en Katmandú.AP

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