PP y PSOE urgen a Ibarretxe a liderar un pacto contra ETA
Arenas y Zapatero ratifican la vigencia del pacto antiterrorista, pero creen necesario otro en Euskadi
Delegaciones del PP, el PSOE y el Gobierno, encabezadas por sus secretarios generales -Javier Arenas y José Luis Rodríguez Zapatero, respectivamente, y por el ministro del Interior, Mariano Rajoy-, decidieron conjuntamente ayer confiar al lehendakari, Juan José Ibarretxe, el liderazgo de la unidad democrática de los partidos vascos contra ETA a través de una mesa cuyo ámbito debe ser el Parlamento vasco y que haga de ese objetivo la prioridad de su mandato. La ofensiva terrorista hace aún más 'urgente y necesaria' dicha unidad. A ella se refirió Rajoy en un informe que expuso a las delegaciones, en el que resaltó la 'preocupación' y la 'incertidumbre' del Gobierno sobre la actividad de ETA.
Arenas, pese a su recelo sobre el 'lehendakari', asumió el margen de confianza que le pidió Zapatero
La primera reunión de la Comisión de Seguimiento del Pacto por las Libertades y contra ETA -suscrito en diciembre de 2000- tras las elecciones vascas no fue una mera reafirmación de su vigencia. Durante dos horas, las delegaciones analizaron la nueva situación creada en Euskadi tras el 13 de mayo y concluyeron unitariamente que había cambiado, con un Ibarretxe reafirmado como lehendakari tras una participación electoral histórica del 80%.
En esas condiciones, Arenas, pese a su desconfianza sobre el rumbo que adoptará Ibarretxe, asumió la propuesta de Zapatero de confiar al lehendakari el liderazgo de la unidad democrática contra ETA en Euskadi, al 'abrirse un nuevo tiempo político', en palabras del secretario general del PSOE. El PP abandona con ello su política de 'ver y esperar' ante Ibarretxe, al que ahora pide, con el PSOE, 'coherencia' con sus declaraciones de mayor firmeza contra ETA y su entorno de las últimas semanas.
Ambos líderes políticos aclararon que la mesa, a la que están dispuestos a apoyar, debe tener dos objetivos prioritarios: acabar con ETA y defender las libertades, empezando por las personas más amenazadas. Y que el diálogo la mesa debe basarse en el Estatuto de Gernika.
También señalaron que este foro debe tener un ámbito parlamentario vasco. Con ello tratan de evitar que la mesa pueda 'adulterarse' con la presencia de organizaciones no políticas o ajenas a la comunidad vasca.
Precisaron también que Ibarretxe debe mantener su posición, ya adelantada, de no contar con Euskal Herritarrok (EH) en la composición de la mesa. Zapatero, en un claro afán de ganar la confianza del PP, aclaró también que la participación del PSOE en esa mesa se hará a través de un 'diálogo compartido' con los populares. Los socialistas quieren superar el temor del PP a que Ibarretxe inicie una maniobra de división entre los constitucionalistas.
Arenas y Zapatero urgieron a Ibarretxe la constitución de la mesa, al apuntar que debía ser en 'un tiempo razonable de conformación de las instituciones vascas'. Se referían a que Ibarretxe no espere al otoño. Le apremiaron a que lo haga una vez investido lehendakari, en junio, y forme Gobierno, en julio.
La decisión compartida por el PP y el PSOE de 'cambiar el terreno' del pacto antiterrorista y dar protagonismo al que Ibarretxe constituya en Euskadi, en detrimento del de Madrid, obedece no sólo a que el eje de la lucha contra ETA pasa por el País Vasco, sino a que es la única manera de integrar al PNV -una vez más, tras las elecciones vascas, partido clave- en la lucha antiterrorista. Zapatero y Arenas saben que el PNV no se va a integrar en el Pacto por las Libertades, firmado en diciembre en Madrid, por lo que les parece 'estéril' la batalla por ampliarlo.
Ayer mismo recordaba Zapatero que la clave del pacto está en el compromiso de que, gobierne quien gobierne en España, ETA no logrará sus propósitos, así como en su papel de referencia. Lo fue también hace 13 años, con el precedente del Pacto de Ajuria Enea contra ETA. En aquella ocasión, también el pacto de Madrid se adelantó en unos meses al pacto vasco.
Todos, nacionalistas y no nacionalistas, saben que un nuevo pacto a la vasca contra ETA será diferente al de 1988, porque han pasado muchas cosas. Tendrá que superar el fuerte enfrentamiento entre el PP y el PNV y afrontar en profundidad el grave reto del terrorismo.
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