'En Iberoamérica, la salud tiene que ver con la gestión y la higiene'
A Ángel J. Gómez (Salamanca, 1959) estar en una consulta con bata blanca aconsejando a pacientes en cualquier centro de salud no le va mucho. Lo suyo es la aventura y, claro, la medicina. Así que, para conjugar ambas cosas, después de licenciarse, se fue a Amberes (Bélgica), donde se especializó en Medicina Tropical, 'una especialidad que entonces, en España, no existía', recuerda. Ahora es un reconocido especialista que recorre Iberoamérica evaluando y asesorando proyectos de salud; muchos de ellos promovidos desde la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) de Granada, una empresa pública de la Junta.
Pregunta. Después de 10 años como gestor sanitario en Nicaragua, Bolivia y la República Dominicana, ¿aún sigue creyendo que para ayudarles hay que ir allí?
Respuesta. Sí. El dinero sólo no sirve de mucho. Necesitan técnicos que les asesoren, que creen modelos, que les expliquen cómo sacar el máximo rendimiento a los recursos.
P. ¿Qué le sorprende de estos países?
R. El entusiasmo y la disposición permanente de la gente para trabajar en cualquier proyecto de salud que se les proponga. En cuanto llega el dinero, todo el mundo se dispone a arrimar el hombro y a coger un pico y una pala para hacer una zanja, si se trata de canalizar el agua potable, por ejemplo.
P. Usted se ha especializado también en administración sanitaria, ¿piensa que una buena gestión es más importante que disponer de profesionales y recursos?
R. Bueno, como los recursos en estos países son escasos, administrarlos bien es fundamental. En Nicaragua aprendí, durante los tres años que estuve trabajando en el ámbito rural, que antes que curar las enfermedades había que prevenirlas. Con frecuencia, la salud en Iberoamérica depende más de una buena gestión y de la higiene que del dinero.
P. Usted coordinó varios años los proyectos de Médicos sin Fronteras en Bolivia, ¿qué opina de las ONG?
R. Por lo que a mí respecta, les estoy agradecido. Normalmente, pienso, son útiles. Pero, no voy a negarlo, también las hay que no cumplen ni siquiera los mínimos exigibles para merecerse el nombre que llevan.
P. Con la EASP ha participado en un importante programa de desarrollo sociosanitario en la República Dominicana, ¿cómo se consiguen estos proyectos?
R. En concreto, éste era un programa de la Unión Europea, de 2.000 millones de pesetas, para dotar una zona rural de infraestructuras sanitarias. La Escuela licitó y ganó libremente el concurso.
P. ¿Qué interés pueden tener los programas de cooperación para los sanitarios andaluces?
R. Mucho. No sólo por lo que pueden enseñar, sino también por lo que, sin duda, se aprende.
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