Skármeta mezcla humor, dolor y ternura en 'La chica del trombón'
El escritor narra la vida de una emigrante europea en Chile
Desde niño, Skármeta se sintió fascinado por el jazz. La chica del trombón, en la que el autor ha vertido su pasión por la música, comienza con la muerte de Glenn Miller en un accidente aéreo mientras animaba a los aliados a luchar contra los nazis en Europa. La música que se escuchaba en los años cincuenta -y especialmente la canción Ha vuelto el charlestón, interpretada por el cantante de boleros Mario Clavel- da una orientación del tono que tiene la novela, según Skármeta. 'Hay algo de los sonidos del trombón en el libro', dijo. 'Muchos instrumentos han sido modificados con el paso del tiempo, pero no el trombón, el instrumento que tiene una relación más sensual entre el fraseo y el sonido'.
El fondo musical acompaña una novela cuyo destino es 'crear la ilusión por el mundo'. La chica del trombón está protagonizada por una niña huérfana que es trasladada desde Europa a Antofagasta para salvarla de las atrocidades de una guerra que ha diezmado a su familia. Un trombonista será el encargado de entregar a la niña de dos años a un anciano diciéndole que se trata de su nieta, aunque la filiación es dudosa. Con el tiempo, entre el anciano y la niña 'se establecerá una relación más fuerte que la del parentesco natural'. La infancia y la adolescencia de la joven, una apasionada del cine y de la cultura pop, tienen como fondo la situación chilena y el triunfo de Salvador Allende con la Unidad Popular en las elecciones.
El autor de La boda del poeta compagina desde hace un año su trabajo como diplomático con la tarea de escritor. 'He feriado en Alemania', aseguró para justificar su presencia en Madrid. La literatura es su amor y su vida, pero en Chile 'hay tanto que regenerar y hay tanta gente empeñada en esa tarea, en un país en el que ha habido tantos dramas', que el escritor optó por compartir las dos ocupaciones.
Como escritor, Skármeta reconoció la influencia del cine y de la literatura dramática en su prosa. Ha sido guionista, director teatral y actor ocasional cuando fallaba algún titular. Otro de los códigos que caracterizan su trabajo literario consiste en renunciar a un gran aparato expresivo, buscando la tensión entre la subcultura y la cultura. 'La poesía y la lectura de otros autores también nutren mis horizontes'.
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