EE UU recorta el precio del dinero al 4% para evitar la recesión
El quinto recorte del año de la Reserva Federal deja el precio del dinero en el 4%
Greenspan preside la Reserva Federal desde hace 14 años, y nunca había sido tan drástico como ahora. Un descenso de 2,5 puntos en menos de cinco meses es algo raramente visto en una economía estabilizada, y muchos suponían que ayer el retoque sería más limitado, de sólo 0,25 puntos. Eso se habría interpretado como una señal de confianza en la evolución económica y como el final del tratamiento de choque aplicado desde enero. Pero, pese a algunos síntomas positivos en las últimas semanas, Greenspan sigue preocupado.
Lo más alarmante, según el breve texto que acompaña a las decisiones de la Fed, es la falta de inversión en nuevo equipamiento por parte de las empresas. El banco central de EE UU considera que el adelgazamiento de los beneficios empresariales y la 'considerable incertidumbre' sobre el futuro inducen a las compañías a mantener bajo mínimos sus inversiones. La mayoría de las empresas, además, tienen equipamiento moderno y abundante debido a las fuertes inversiones realizadas desde 1995. La falta de gasto empresarial, acompañada por algunas señales de que el consumo doméstico empieza también a flaquear, aconseja seguir abaratando el dólar, incluso por debajo de la cuota actual.
La misma advertencia
'Los riesgos siguen apuntando principalmente hacia condiciones que pueden generar debilidad económica en el futuro previsible': esa frase tortuosa, que desde enero aparece en los comunicados de la Fed, es todo lo que necesitan los inversores para entender que la autoridad monetaria no da por concluido el tratamiento y piensa en la necesidad de nuevas inyecciones de liquidez. Cada vez que baja los tipos, la Fed inunda el mercado de dólares recomprando deuda del Tesoro en manos de instituciones privadas. El último recorte de tipos no supuso grandes movimientos en la Bolsa: el Dow Jones caía anoche un escaso 0,03% y el Nasdaq subía un 0,18%.
El mayor problema de los hogares estadounidenses es ahora la deuda acumulada durante la década prodigiosa de los noventa. En promedio, cada hogar gasta mensualmente un 1% más de lo que gana, y dedica un 8% de los ingresos totales al repago de deudas renegociadas una y otra vez, según un estudio de Moody's Investor Services. Uno de los objetivos de la Fed, al abaratar los créditos, es facilitar las consolidaciones de deuda y evitar un colapso en el consumo privado. 'Asistimos a la confluencia de dos factores muy peligrosos, un desempleo al alza y un endeudamiento creciente; ambos pueden frenar en seco el gasto doméstico y empujar la economía hacia la recesión', según John Lonski, economista jefe de Moody's.
El desempleo empieza a adquirir un volumen preocupante. En abril hubo 223.000 despidos sin contar el sector agrario, la cifra más alta en un solo mes desde febrero de 1991. En porcentaje, el paro ha subido del 4% al 4,5% en lo que va de año. La Fed, sin embargo, sólo contempla por ahora el mercado de trabajo como factor potencialmente inflacionario. En ese sentido, el paro y la estabilización (o incluso reducción en algunos subsectores industriales) de los salarios son percibidos por la autoridad monetaria como factores positivos para el control de los precios. En el comunicado de ayer, no se expresaba ninguna preocupación respecto al mercado de trabajo. Tampoco se citaban algunos indicadores positivos de reciente aparición, como el de las ventas al por menor (que subieron en abril, tras dos meses negativos) o las encuestas sobre la confianza de los ciudadanos en la economía, que mostraban una modesta mejora.
Con la inflación contenida, Greenspan sigue disponiendo de margen para más bajadas de tipos. En Wall Street se calculaba ayer que en la próxima reunión del Comité Federal del Mercado Abierto, prevista para el 26 y 27 de junio, el interbancario descendería hasta el 3,75% o el 3,5%.
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