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Tribuna:TRIBUNA SANITARIA
Tribuna
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La quimioterapia a altas dosis no está basada en un fraude

Con el fin de apagar el alarmismo de las mujeres españolas con cáncer de mama que han sido tratadas desde 1997 mediante la técnica conocida como quimioterapia de altas dosis, hay que afirmar que este método terapéutico no es un fraude ni está basado en un fraude. Lo que sí es un fraude es lo que ha hecho el doctor Werner Bezwoda, que ha falsificado los datos de dos estudios realizados en Suráfrica. De hecho, el diseño de estos ensayos clínicos fraudulentos se basa en hipótesis científicas reales que oncólogos de todo el mundo estamos todavía tratando de confirmar a través de la investigación clínica.

El tratamiento de tumores sólidos con altas dosis de quimioterapia es una de las estrategias terapéuticas que más expectativas han producido en los últimos tiempos. Con anterioridad, el trasplante de médula ósea ya había sido establecido con buenos resultados en el abordaje terapéutico de tumores hematológicos. A finales de la década de los ochenta, diferentes estudios aportaron la hipótesis de que había una relación clara entre la respuesta tumoral a fármacos y la intensidad de dosis, de modo que la tasa de respuestas y la supervivencia de los pacientes eran superiores.

'Las españolas que han sido sometidas a esta terapia pueden estar tranquilas'

Los resultados obtenidos en los estudios preliminares fueron muy esperanzadores y estimulantes para seguir investigando. En las pacientes con cáncer de mama diseminado, la tasa de respuestas completas alcanzó en los estudios preliminares el 50%, cifras nunca vistas con anterioridad con ningún otro tratamiento. Además, estas respuestas completas se mantenían de forma prolongada en un porcentaje de pacientes significativo. En las pacientes de alto riesgo de recaída, los resultados iniciales también fueron alentadores, con unas tasas de supervivencia libre de recaídas muy superiores a los controles históricos. Las grandes expectativas ofrecidas por estos resultados impulsaron la realización de ensayos randomizados que demostraran de forma clara su validez.

Por ello, actualmente en ningún caso y en ninguna situación clínica puede establecerse como un tratamiento estándar. Los oncólogos debemos explicar minuciosamente a las pacientes lo que se sabe y no se sabe acerca del tratamiento con altas dosis de quimioterapia y que sigue siendo un tratamiento en fase de investigación, aunque es la maniobra terapéutica que, en conjunto, ha demostrado mayor tasa de respuestas en el cáncer de mama.

Pese a la incertidumbre sobre su probable valor terapéutico, no puede olvidarse que el trasplante de médula en pacientes con linfomas no Hodgkin no mostró beneficios en el análisis preliminar de los datos proporcionados por la investigación clínica, pero que el análisis realizado tres años después mostró un beneficio claro a favor de las altas dosis de quimioterapia frente a las dosis estándar.

En España, actualmente se están desarrollando diferentes estudios en esta línea, e incluso se participa en estudios multicéntricos internacionales. La indicación en este contexto se concreta en mujeres con cáncer de mama de alto riesgo de recaída. Pero en ningún caso debe aplicarse fuera de ensayos clínicos aprobados, controlados y evaluados por los comités éticos de los hospitales.

Lo importante, en cualquier caso, es que las mujeres españolas que en los últimos años han sido sometidas a esta terapia pueden estar tranquilas, en tanto que la quimioterapia a altas dosis no está basada en los resultados de los estudios de Bezwoda, sino en el análisis riguroso de la investigación clínica controlada. El desenmascaramiento de Bezwoda es la prueba de que se actúa con el máximo rigor científico en este campo.

Vicente Guillem es presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

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