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El Gobierno alemán presenta una ley para legalizar el ejercicio de la prostitución

Las meretrices tendrán seguridad social y podrán demandar a los clientes morosos

La prostitución no está prohibida en Alemania, pero se considera por ley 'contraria a las buenas costumbres'. Es esta doble moral -que incluye también que las prostitutas, en teoría, deben pagar impuestos sobre la renta- la que pretende abolir el proyecto, impulsado desde hace años por Los Verdes. Desaparecida esta calificación, los servicios prestados por una prostituta tendrán el carácter legal de un 'contrato unilateral de obligatorio cumplimiento', lo que implica que las mujeres podrán presentar una demanda si sus clientes se niegan a pagar la suma acordada. El carácter unilateral es importante, porque de esta manera se evita que el cliente pueda exigir cualquier tipo de prácticas sexuales.

La misma precaución se ha tenido también a la hora de estipular las relaciones entre las prostitutas y los propietarios de los prostíbulos. Éstos podrán afiliar a la Seguridad Social a sus meretrices, pero no firmarán con ellas ningún tipo de contrato de trabajo que coarte su libertad. En el proyecto de ley se estipula además que los burdeles pueden proveer 'adecuadas condiciones de trabajo'.

Hasta ahora, la puesta a disposición de habitaciones o incluso preservativos estaba prohibida en la enrevesada legislación alemana. La propuesta de que los servicios sexuales de ahora en adelante tengan el carácter de contratos unilaterales posibilitará también el derecho a todos los servicios de la Seguridad Social: seguro médico, pensiones y pagos por desempleo. Para tener acceso a este tipo de servicios, muchas prostitutas alemanas hasta ahora se inscribían bajo otra profesión o solicitaban la ayuda social que en Alemania se concede a quien no cuenta con ningún tipo de ingreso.

Proxenetas y menores

El proyecto no abolirá, en cambio, la prohibición del proxenetismo ni la protección a las menores de edad. Tampoco convierte la prostitución en una profesión hecha y derecha, según se apresuró a aclarar la socialdemócrata Anni Brandt-Elsweier. Esto implicaría que se tengan que promover medidas de capacitación y los puestos vacantes tengan que anunciarse en la oficina de paro. 'Queremos pedir a las mujeres afectadas que hagan uso de las nuevas posibilidades legales', dijo Brandt-Elsweier.

Diversas asociaciones han alertado ya que muchas prostitutas preferirán permanecer en la alegalidad con tal de no pagar impuestos o darse a conocer.

Casi la mitad de las trabajadoras del sexo en Alemania son extranjeras y con frecuencia residen ilegalmente en el país, lo que las aísla de cualquier protección legal. Pese a estas y otras insuficiencias, el proyecto de legalización 'es un paso en la dirección correcta', según juzgó ayer Andrea Petsch, de la asociación de prostitutas Hydra en Berlín. Incluso la parlamentaria conservadora Ilse Falk admitió que es hora de revisar una legislación anticuada. Pese a ello, se mostró incómoda de que, 'a la ligera', se renuncie 'a valores establecidos'.

Éstos, sin embargo, son vestigios de otra época: hoy día, más del 60% de la población alemana considera la prostitución como un hecho normal, y hasta 1,2 millones de hombres se acuestan diariamente con prostitutas. 'Hay que llegar a un tratamiento sincero de este fenómeno', aseguró Volker Beck, del partido de Los Verdes.

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