La Formación Profesional se consolida como alternativa a las universidades andaluzas
El auge de estas enseñanzas coincide con el descenso en el volumen de universitarios
La Formación Profesional adquiere cada año un mayor protagonismo como opción para los estudiantes andaluces. Así lo reflejan las cifras, que plasman un crecimiento del 62% en los alumnos del grado superior (tras superar el bachillerato) y del 38% en los matriculados en el grado medio, según los datos comparativos del actual curso con respecto al de 1999-2000.
Frente a los datos al alza de la FP, están las cifras de nueva inscripción en las universidades andaluzas que marcan un descenso en los últimos años, ya que en el curso 1998-1999 los nuevos matriculados fueron 55.312, mientras que en el actual ejercicio la cifra se ha reducido hasta los 49.745 alumnos.
El director general de Universidades e Investigación, Juan Torres, vaticina que en los próximos diez o quince años puede haber unos 100.000 universitarios menos. Uno de los motivos que esgrime es el 'descenso demográfico y el proceso de estabilización tras la expansión universitaria en los años noventa'. No obstante, a pesar del aspecto poblacional, el número de alumnos matriculados en el bachillerato ascendió un 19% en el curso 2000-2001 respecto al anterior.
Entre las causas de la evolución positiva de la FP está la desaparición de los estereotipos que 'la marcaban como la opción de los torpes o de los que no querían estudiar y supeditaban el trabajo seguro a la obtención de una titulación universitaria', afirma la directora general de FP de la Junta, María José Vázquez.
El avance de la opción profesional responde a una 'adecuación a las exigencias del sistema productivo, ya que las empresas demandan este alumnado', precisa Vázquez, quien asegura que los estudiantes de FP encuentran trabajo antes de acabar los estudios o en una media de seis meses después de terminar el ciclo formativo. 'La otra cara de la moneda está en el gran número de universitarios que van directamente al paro', añade.
Vuelta atrás
Según la responsable de FP, las escasas posibilidades laborales provocan que un creciente número de titulados universitarios opte por matricularse en ciclos formativos ante la falta de empleo. Esta tendencia prolifera en los licenciados en Psicología e Historia. En opinión de Vázquez, se trata de un 'lujo que la administración no se puede permitir, ya que se financia primero un título universitario y después una formación sobre el terreno laboral'.
La Consejería de Educación ofrecerá en el próximo curso en Andalucía 54 ciclos superiores y 43 de grado medio, es decir, 97 de los 137 que ha regulado el Ministerio de Educación. Además, existen cursos de iniciación profesional del programa de Garantía Social para los estudiantes que no hayan superado la Secundaria obligatoria, una rama en la que este años se han matriculado 7.000 personas.
A pesar de la disminución en términos absolutos de las inscripciones en las universidades, Juan Torres alude a un creciente numero de personas mayores de 25 años que optan por estos estudios superiores. Además, no considera que la oferta privada sea una amenaza para el sistema público, ya que 'ha alcanzado el techo que le marca su elevado coste para el alumno y su escasa calidad en el profesorado y las instalaciones'.
Sistema binario
Hace diez años, la prioridad del Gobierno andaluz era dotar de una universidad a todas las ciudades de la región, un fenómeno que acaparó la demanda estudiantil. Actualmente, 'la reforma que queda' es la de la enseñanza superior no universitaria. La Consejería de Educación pretende poner en marcha un sistema binario que posibilite una 'enseñanza no universitaria de calidad' como oferta complementaria de la universitaria. Los responsables de Educación estudian el modelo de Estados Unidos basado en 'centros tecnológicos de alta calidad educativa'.
Juan Torres asegura que la educación quedará 'bloqueada' si en quince años no hay resultados en este sistema en el que 'estamos a años luz de los países europeos' donde ya funciona el tándem. El responsable de universidades cree que es el momento de que las instituciones docentes 'olviden el crecimiento horizontal' -en términos numéricos- y ahonden en la 'oferta de calidad' con una adecuación a las exigencias de su entorno, aunque eso signifique 'reducir el número de plazas'.
Torres sostiene que para configurar el sistema complementario de enseñanzas universitarias y no universitarias es necesario destinar el 1,5% del PIB andaluz a dicho concepto, 'un horizonte que debe alcanzarse en cinco o seis años'.
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